Cap.15.

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*Leer nota del final es importante*

Mismo dia.

Caminaba sola por la fría y oscura noche, el viento me calaba los huesos a medida que avanzaba, era una locura estar sola a las nueve de la noche por el barrio en el que vivía, todas las personas estaban adentros de sus casas disfrutando de una linda velada, pero a mi hermano se le había ocurrido la maravillosa idea de hacerme salir de casa para comprarle un paquete de papas y como buena hermana que soy accedí no sin  antes de hacer un mohín. El lugar al que me dirigía no quedaba lejos de casa solo a unas cuentas cuadras pero la noche oscura hacia el camino aún más largo.

Mi presencia era la única que se presenciaba en el lugar, pero de repente la sensación de que alguien estaba mirándome me hizo cambiar de opinión, sentía la mirada de alguien sobre mí y que cada vez que avanzaba esa mirada seguía junto a mí, los nervios me hacían temblar las manos, el corazón iba aumentado su ritmo cardiaco. Mire por encima de mis hombros para confirmar que nadie me esté mirando, pero había sido una mala idea, una sombra se vislumbraba a lo lejos, entre en pánico y empecé a correr en dirección  hacia el almacen,mire nuevamente mientras corría por encima de mi hombro pero no vi nada, ni de tras de mi ni a los costados, pero no podía dejar de correr.

Al llegar al pequeño almacén cerré la puerta tras de mi ,recupere el aliento pero seguía teniendo los pelos de punta, mire el lugar y no había nadie solo el vendedor el cual conocia de pequeña, recuerdo que papa siempre nos traía a Ben y a mí a por caramelos.

-¿Estas bien pequeña Ashley? – pregunto Matt el vendedor que tenia alrededor de unos cincuenta.

-Si Matt solo venia a por un paquete de papas.

-Las cambiamos de lugar, están allí al fondo- señalo un rinconcito del pequeño local. Me diriji hasta allí con paso tembloroso y las agarre, para dirigirme hasta la caja.- serian diez libras*.

*N/A: la libra esterlina es la moneda que se usa en Londres.

-Adios Matt gracias.

Me fui acercando hacia la salida con paso cauteloso, mire por la ventana del local para comprobar que nadie estuviera esperándome, pero no se veía nada, todo era oscuridad, las farolas que yacían allí no alumbraban demasiado y se era complicado ver.

No podía quedarme allí parada sin hacer nada, Ben se preocuparía, se me había pasado por la cabeza avisarle que se me sentía mal y que me buscara pero mi móvil lo había dejado en casa por precaución, mala elección me reprocho mi subconsciente. Abrí la puerta y el viento azoto en mi rostro haciendo que diera un pequeño saltito hacia atrás, me arme de coraje y avance por las oscuras calles, iba con paso apresurado con miedo a que esa persona que anteriormente me estaba observando volviera y quisiera aprovecharse de mi. Seguia algo preocupada, tenía ganas de llorar y gritar que necesitaba a mi mama, pero debía ser tan cobarde, ya no sentía a nadie de tras de mí solo las hojas moviéndose al compas del viento acompañando esta noche tétrica.

Pasado unos cinco minutos ya estaba de vuelta en casa dejando las papas de mi hermano en la mesada, nunca mas saldría a estas horas por un capricho de el.

Ayúdame (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora