Minte abrió los ojos descubriendo un techo gris sobre ella. Un techo gris y no rosa como solía suceder. Fue extraño ver tanta luz por eso se asustó y se sentó en la cama cual si hubiera salido de una pesadilla. Las mantas eran color granate, las cortinas blancas,los muros de un tenue color amarillo ¿Qué estaba sucediendo y dónde estaba? Se levantó y corrió hacia la ventana,la luz la cegó un momento,después sólo había una ciudad bajo un cielo azul con algunas nubes blancas. Retrocedió confundida y miró hacia la puerta porqué lo escucho llegar mucho antes de que tocará para entrar. Cuando Kurapika abrió por poco terminó de espaldas en el pasillo. Minte lo embistió para abrazarse a él temblando. Eran demasiados colores en contraste a la última escena que recordaba,donde todo era rojo y dos hombres ardieron hasta los huesos.Paso un buen rato antes de que Minte se calmara. Contrario a lo que Kurapika pensó,lo que la conmocionó fue haber recuperado la visión,por decirlo de algún modo. Para él también fue un tanto sorpresivo verla con los ojos verdes,sin embargo,la explicación para ese cambio era bastante obvio y algo desagradable para él. Mientras miraba por la venta con las manos en los bolsillos de ese elegante traje negro que se le había hecho costumbre llevar, desde que se estaba a cargo de la familia Nostrade,Kurapika revivia el momento en que Minte lo miró con sus ojos enrojecidos. Con ese color escarlata brillante que infundia miedo. Cuando ella lo miró algo en él se estremeció de una forma muy peculiar y ajena a sus memorias muertas de los ojos vivos de su gente.
-Fue mi madre-exclamó Minte, súbitamente,haciendo que él la mirará-Mi madre habló del origen de mi padre,una noche de copas,con sus amigos. Uno de ellos era su benefactor. Ví a ese hombre en casa desde que recuerdo. Cuando lo encontré ahí,yo...-Se interrumpió en ese punto y se abrazó así misma mientras subía las piernas a la cama-Yo fui débil,perdí la cabeza,no pude controlarme,
pero es que...El dolor de mis padres mientras eran asesinados y el mío... No puedo sentir remordimiento por lo que hice ¡No hay,en mí, una pizca de arrepentimiento por haber matado a esos dos! Dime Kurapika ¿Es que soy una mala persona?Los verdes ojos de Minte lo miraron suplicando una respuesta y él apenas si volteo a mirarla. Kurapika nunca se detuvo a pensar si vengarse del Genei Ryodan lo hacía una mala persona. La verdad es que eso le era absolutamente irrelevante. En cuanto al remordimiento...No, tampoco podía definir como eso lo que sentía respecto a la muerte de esos dos o bien sólo le ponía otro nombre a ese desagradable sentimiento,para lidiar con esas pesadas sombras en su corazón. Lo que más recordaba de haber matado a Ubog era una sensación de suciedad pegajosa y posteriormente insatisfacción. Esto último abrió un hueco en su ser que comenzó a drenar la luz del mundo. Miró a Minte a través del reflejo en la ventana y le dijo con un tono franco y frío:
-Yo no creo que seas una mala persona.
La muchacha lo miró con los ojos húmedos. Kurapika sin ese velo rojo,por el que miró tanto tiempo,le parecía más distante. Apartó sus ojos de él para ver sus manos que levantó hacia su rostro como buscando algo. Se acostó de costado y de espaldas a Kurapika después de eso.
Él dejo la habitación tras darle una mirada un poco resentida. Mientras iba por el pasillo del hotel,sacando su teléfono para llamar a Senritsu y preguntar cómo iba todo por allá, Kurapika
iba pensando en que el odio en el interior de Minte se había extinguido. Ella le contó que su madre fue torturada delante de ella y su padre para que sus ojos se tornaron rojos,seguramente aquello si sucedió,pero cuando ella salió de su estado de furia, sus pupilas no fueron capaces de retornar a su color original quedándose atrapadas en ese extraño tono con el que él la conoció. Aquello reflejaba exactamente como Minte se sentía todo el tiempo. Ella siempre estuvo en la delgada línea entre la furia que enloquece y la calma de la resignación. Finalmente había expulsado todo su odio.Minte era libre ¿Por qué eso le molestaba? ¿Por qué cuando ella dijo no sentir remordimiento, él experimento ese escozor en su interior? Después de terminar la llamada,
guardo el teléfono en el bolsillo y miró su reflejo en un espejo en la pared del corredor. Se sonrió resignado. Minte y él podían haber vivido situaciones muy similares,sentir lo mismo y querer lo mismo,pero al final eran dos personas con su única y particular experiencia.Kurapika regreso al anochecer. Lo hizo cargando una bolsa de papel entre las manos. El hotel era barato y no daba comida así que salió a buscar alimentos para la muchacha. Él no tenía hambre. Toco antes de entrar,Minte le habló desde el diminuto balcón en que disfrutaba del aire fresco. Se vía un poco triste,pero nada perturbada. Era tan diferente a como él vivió el asesinato de Ubog.
-Te traje algo de comer-le dijo y comenzó a sacar los productos de la bolsa para dejarlos en una pequeña mesa,que estaba puesta sobre una redonda y roja alfombra con motivo de espiral.
-Gracias-le respondió Minte que llevaba un vestido de color verde oscuro-Pero no tengo hambre.
-De todas formas no es bueno estar con el estómago vacío-le respondió Kurapika logrando que ella se acercara a la mesa.
Fue una comida silenciosa. Ceremoniosa incluso. El uno frente al otro sin más luz que la les daba la ventana abierta,por la cual entraban los sonidos de la ciudad.
A cada mordida,Minte recordaba como los cuerpos de esos hombres se quemaban deformándose de forma grotesca. Llegó un punto en que la comida le repugnó y miró a Kurapika como buscando alivio a su pensamiento. Acabo por hacer una pregunta imprudente:
-¿Cómo fue...La primera vez?
La imagen de Ubog apareció ante Kurapika,que miró a su discípula de forma fría.
-Lo siento,yo...
-Fue un encuentro bastante breve-le contestó y continuó el relato como si hubiera estado dando un reporte. Incluso le dijo las últimas palabras de ese hombre,algo que no le era agradable.
¿Por qué lo hizo? No estuvo seguro. Quizá intentaba hacer más ligera la carga que llevaba a cuestas o sólo quiso hacerlo. No reflexióno respecto a eso,sólo lo hizo. Había momentos en que era muy impulsivo y ese fue uno de esos momentos. Pero terminó hablando de más cosas. Incluso le contó de su encuentro con Kuroro,el líder del Genei Ryodan. Se calló del mismo modo en que empezó a hablar e intentó dejar la habitación,pero Minte lo tomó de la mano haciendo que se sentara otra vez.
-Lo siento... Tú debes tener tus propias ideas y yo...Yo sólo estoy...
No pudo decir nada más. Minte lo callo abrazándolo. Kurapika se tensó de pies a cabeza. Hace años que no sentía un contacto como ese. La última persona que lo envolvió en sus brazos de esa manera fue madre. Su primer impulso fue apartarse,pero ni siquiera lo intento.Kurapika sonó frío durante todo el relato,pero a Minte le pareció que cada palabra que pronunciaba lo estaba desmoronando,por eso lo abrazo. Creyó que sino lo hacía toda esa coraza se desprenderia dejando ante ella una figura irreconocible. El sonido del aura de su maestro era molesto a su oído. Las cadenas parecían estarse arrastrando por el piso como metálicas serpientes,pero no lo soltó.

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La Mestiza
FanfictionBuscando los ojos de su gente Kurapika encuentra una mestiza de su tribu que puede darle otra opción a su búsqueda de venganza.