Diez

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Kurapika tenía un amigo llamado Pairo. Aquel chico sufría de un deterioro físico bastante significativo que afectaba sus piernas y ojos. No siempre fue así,Pairo era un niño saludable hasta que sufrió un incidente salvando a Kurapika de caer a un acantilado. Sintiéndose responsable de la salud de su amigo,Kurapika quería buscar ayuda médica para él fuera de la tribu...

La primera vez que intentó pasar las pruebas para salir al mundo exterior,Kurapika fracasó. Pero años más tarde descubriría que su fallo fue planeado por su abuelo,el líder de la tribu. Gracias a esto exigió una nueva oportunidad para pasar las pruebas,esa vez escogió como compañero,de la última parte, a Minte. Ella era una mestiza,que llegó a la tribu en compañía de su padre que era un miembro del clan,que se perdió en una excursión hace tiempo. A su esposa no le permitieron quedarse,pero a su hija sí. Ella quería ir al mundo exterior,para ver a su madre otra vez. Kurapika le dijo que podían hacer eso mientras buscaban ayuda para Pairo. Ellos eran buenos amigos,Minte no dudo en ayudarlos. Juntos lograron pasar la prueba y pudieron iniciar su viaje. No cualquier doctor podía ser llevado a la aldea,tenían que buscar a alguien muy especial.

Después de largos meses conocieron a un aprendiz de doctor llamado Leorio. Al principio a Kurapika no le agradó aquel sujeto,que dijo querer ser un Cazador para hacerse rico,pero con el tiempo y al conocerlo mejor se hicieron buenos amigos. Sin embargo, Leorio era un aprendiz y no podía ayudar a Pairo con el conocimiento que tenía. Aún así este prometió que se convertiría en un gran médico e iría a la tribu Kuruta para llevarles medicina. Por medio de él,
Kurapika supo de los Cazadores y aquel mundo cautivo su atención. No así la de Minte,que tuvo la oportunidad de ver a su madre nuevamente. Al cabo de un año regresaron sólo con una buena medicina. Ningún médico se les hizo lo suficientemente confiable para llevarlo con su gente. Ambos,en secreto, esperando que la medicina ayudará a Pairo por un tiempo, decidieron esperar a que Leorio se convirtiera en un doctor. Algunos años después y ya estando comprometido con Minte,Kurapika volvió a salir al mundo en busca de su amigo. Así conoció a Gon y Killua,que eran las amistades de Leorio que este conoció durante en exámen de Cazador.

Con Leorio casi convertido en un doctor,Kurapika volvió con su gente y Pairo pudo recuperarse. La idea de ser un cazador nunca se esfumó,pero él,como nieto y futuro sucesor del líder de la tribu,se concentró en su vida en el clan.Con el tiempo y tras otras excursiones al mundo exterior, también conocido a Senritsu y otros más...

Que hermosa vida hubiera sido aquella. Que bella ilusión lo abrazo esas horas en que su rostro estuvo pegado al pecho suave y tibio de Minte,pero la imagen se desvaneció tan rápido como surgió. Sus ojos se enfrentaron a una pared vacía y fría. A un trozo de concreto agrietado,estéril. Cerró los ojos otra vez y se aferró a la cintura de la muchacha inhalando su perfume,disfrutando de como ella peinaba sus cabellos con la mano. La luz del tibio sol de la mañana,los bañó amoroso entrando por aquella ventana, ante la que las cortinas bailaban sutiles con la suave brisa. Aquel momento era tan pacífico. Kurapika no recordaba un momento así. Los tuvo,
seguramente de manos de su madre,pero se perdieron en su memoria. Hace años no había dormido tan bien y menos tenido un sueño tan agradable. Le hubiera gustado postergar la ilusión. Le hubiera gustado más sumergirse en ella,pero era imposible. Había retornado a la realidad.

Abrazado a Minte imaginó algo diferente. Se vio abandonando a la familia Nostrade,su venganza y sepultando el dolor. Entonces se vio desorientado,como cuando creyó que el Genei Ryodan había muerto. Ese momento fue tan perturbador.Kurapika no sabía si estaba feliz o no. Por un lado sus enemigos no estaban más,pero por otro su existencia dejo de tener propósito de un momento a otro. Él vivía sólo para vengarse. Él,tal y como se lo dijo Minte,se enamoró de la venganza y por ella respiraba ¿Qué era ese altar con los Ojos Rojos en el sótano de aquella mansión,sino un culto a la venganza? Sin aquel deseo,sueño y anhelo,él estaba absolutamente perdido. Pensó entonces en Leorio y su propósito en la vida. Pensó en Gon y en que haría este cuando logrará conocer a su padre. No pensó en Killua. Lo estimaba,
pero con él era con quien guardaba mayor distancia. De todas formas se imaginó compartiendo un momento con ellos tres,hablando del futuro. Todos iban camino a las existencias pacíficas,pero él...Si él se concentraba en reunir los ojos de su gente,tarde o temprano, aquello lo llevaría a la violencia también,pues aquel tesoro estaba siempre en poder de personas peligrosas. Estaba perdido,estaba maldito...

La humedad en su vestido fue lo primero que Minte sintió,
después un ligero temblor en el cuerpo que tenía entre sus brazos. Kurapika lloraba y lo hacía de forma apretada,amarga, dolorosa,callada y abundante. Era como si una cascada de agua hirviendo hubiera estado callendo de los ojos de aquel muchacho,que en ese momento se convirtió en un niño dolorido, maltrecho y asustado,que apartó un poco el rostro de ella para soltar un grito ronco y desesperado. Sus lágrimas caían sobre el regazo de Minte,
mientras él se aferraba a los hombros de aquella mujer,como
quien cuelga suspendido de una rama sobre el vacío. Era patético de ver y él mismo era consciente del indigno espectáculo que estaba dando a los fantasmas entorno a él.

De pronto estaba nadando contra la corriente en un río de sangre en el que se estaba ahogando,
ante la presencia de espectros con ojos escarlata que colgaban de hilos de araña,entre los cuales veía trece escalofriantes y burlona sonrisas ¿Estaba perdiendo la razón? Posiblemente,pero ¿Por qué en ese momento? Era la posibilidad de una vida mejor la que llegó a perturbarlo,a sacudir todo lo que llevaba por dentro y ¿Desde cuando? Desde que conoció a Minte. Sí,ella era la responsable de ese sentimiento tan abrumador y la contemplación de aquellas posibilidades. No podía permanecer cerca de ella. No si quería seguir en pos de su amada venganza. La amistad era un obstáculo,los lazos de todo tipo eran un obstáculo,esa mujer era un obstáculo...

Minte apenas si puso saltar hacia atrás para evitar que el puño de Kurapika la golpeara. El brazo del muchacho terminó hundido entre las tablas del piso y la chica pegada a la pared viendo como Kurapika la veía como a un enemigo. Sus ojos escarlata estaban llenos de furia y cegado por esta,se lanzó contra ella con el claro objetivo de lastimarla. Minte se recubrio con aura,pero aún no tenía una técnica lo suficientemente buena para enfrentar a otro usuario de Nen del calibre de Kurapika. Apenas si consiguió bloquear aquel puño cerrado los brazos frente a su rostro. Su espalda terminó incrustada en la pared y su boca sangrando,pero él no se detuvo. De un segundo golpe,rompió el muro cayendo ambos al vacío. Minte logró caer sobre un balcon y saltar hacia la calle,pudiendo escapar de su maestro que parecía querer terminar con su vida. Cerca de donde estaban había un río,la muchacha pensó en hundirse en el para huir,pero no lo logró. Después de un minuto de frenética carrera,
Kurapika la alcanzó y la derribó de un golpe. La muchacha rodó por el piso y acabando en un inmundo callejón. Allí,viéndose atrapada y sin querer atacar a ese jóven fuera de sí,Minte gritó:

-¡Te amo Kurapika!

Esa exclamación,que él oyó como bajo el agua,causó un desfile de imágenes de personas importantes para él. Primero los muertos,después los vivos y cuando se desvanecieron pudo distinguir a Minte a travéz de un velo rojo. Murmuró su nombre y al descubrir lo que iba a hacer se horrorizo y huyó.

La MestizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora