«Estoy hambriento», dijo Chris. Björn me miró con apetito.
Ninguno de los dos podía saber lo hambrienta que estaba yo.Mi lengua se relamía pensando en sus besos.
Mis labios se hincharon de tanto como les deseaba. Me moría por dejarme comer por ambos.
Escuchaba a la gente tras la puerta, pero eso no impedía que me entregase a Chris en cuerpo y alma.
Él hizo lo mismo conmigo. Nos fundimos en uno, arrastrados por el deseo de nuestro apetito voraz.
Él sabía a pasión y yo estaba famélica por sentirle dentro de mí. Nada me importaba salvo satisfacer mi hambre.
Me levantó y me apoyó contra la pared y yo, entre sus fauces de lobo feroz, me sentí como una traviesa Caperucita.
Me dejé llevar por su ataque y su fuerza. Así era él, una bestia devoradora de placer.
Con sus convulsiones me poseía más profundamente y yo me entregaba gustosa. A nuestra manera, salvaje.
Cuando descansamos, satisfechos el uno del otro, me susurró:
«No puedo vivir sin ti.» Ni yo sin ti, pensé.
Él se alimentaba de mí y yo de él. El único problema era que, con Chris, yo siempre estaba hambrienta.
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Pideme lo que quieras "Kamasutra"
FantasyPequeños relatos eroticos de "Pideme lo que quieras" Si no te gusta este tipo de contenido no lo leas y ya, deja que a los que si nos gusta lo leamos las veces que querramos. 🚫No lectoras fantasmas. Adaptacion (Asi que todas los derechos a Megan...