¥ ¡Es la guerra! ¥

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Estaba enfadado, pero no me importaba. Le deseaba y, a pesar de su cara de pocos amigos, yo había decidido que haríamos el amor.

Me senté sobre él en la silla. No parecía querer colaborar, pero insistí.

Pronto le convencería. Le mordí el labio para que reaccionara.

«Vas a cumplir mis fantasías.» Los mojitos hicieron que me resultara más atractivo aún, al verle tan enfadado.

Deseaba tirar al suelo todo lo de la mesa y hacerle el amor como en las películas.

Lo pensé mejor y aparté el portátil con delicadeza. Mi deseo no debía ser la consecuencia de un enfado aún mayor.

Le cogí una mano y la paseé entre mis piernas. Él tragó con dificultad. Su cuerpo estaba reaccionando.

¡No podría resistirse mucho tiempo a mis encantos!.

Unos instantes de espera… y se lanzó sobre mí. Sonreí satisfecha.

Había ganado la primera batalla, aunque todavía no había ganado la guerra.Sentí un golpecito en mi trasero.

«Has sido una chica muy mala», dijo. Su mirada era arrebatadora.

«Bájate de la mesa y date la vuelta», exigió.

Me llevó hasta la escalera de la librería para poserme con toda la fuerza de su enfado.

Pideme lo que quieras "Kamasutra"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora