<Solos en la oacuridad... ¿o no?>

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Michael Bublé cantaba Cry me a river. Bailamos a oscuras mientras Chris me besaba.

Sentí unas manos que me agarraban de la cintura y no eran las de mi amor.

«Suena nuestra canción, preciosa», escuché. Era Björn. Me sentí feliz porque él también estuviese allí. Le había echado de menos.

Durante unos momentos bailamos los tres como ya habíamos hecho antes una vez. Sentí las manos de los dos recorriendo mi cuerpo hasta que Chris me arrancó el tanga.

«Aquí no lo necesitas», exclamó. Björn me dio la vuelta y quedé desnuda frente a él. Comenzó a besarme.

El cuello, las mejillas, la nariz… Al llegar a la zona prohibida, mis labios, frenó sus besos.

Chris me subió el vestido y, desnuda, sentí sus cuerpos que se apretaron contra el mío.

El cuarto oscuro empezó a llenarse de gente. Björn se alejó y de nuevo nos quedamos solos Chris y yo.

«Quiero hacerte de todo. ¿Estás dispuesta?», me preguntó.

De nuevo comenzó a describirme sus fantasías, todo lo que pensaba hacer conmigo aquella noche.

Comencé a excitarme al escuchar su voz. Sentí unas manos suaves alrededor de mi cintura y recordé que no estábamos precisamente solos.

Pideme lo que quieras &quot;Kamasutra&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora