Cena en casa de Björn significaba sexo. Me excitaba sólo con pensarlo.
Estar de nuevo entre los dos, sentir sus cuatro manos, escuchar sus voces, ver sus cuerpos… ¡No podía imaginar una velada mejor!.
Me puse lo que había comprado para ellos. Moví mis pechos y los cubrepezones giraron como locos. Chris sonrió. El regalo le había gustado.
«Quiero que los vea Björn», dijo. ¡Qué generoso!, pensé. A Chris no le costaba nada compartir en el sexo.
«Juega conmigo», le pedí. Sabía que Björn no apartaría la mirada de nosotros y eso me ponía a cien.
Me sacó el vestido por la cabeza y me sentó en la mesa del despacho.
Björn se acercó, tiró de mi tanga roto y dijo:
«Excitante». Me subí a la mesa y me ofrecí a los dos.
«¿Llevas mi regalo en el bolso?» Por primera vez, lo había traído. Sonrió al ver el vibrador en forma de pintalabios y la joya.
Sentí que toda la habitación ardía. Los tres despedíamos un calor sofocante que recorría nuestros cuerpos como una corriente eléctrica.
Björn me pintaba con el vibrador pintalabios.
«Vamos a jugar contigo», susurró Chris. Cada uno se ocupó de un juguete, por delante y por detrás. Los dos se deshicieron en atenciones conmigo.
¿Qué más podría desear, salvo tener a aquellos dos hombres para mí sola?
ESTÁS LEYENDO
Pideme lo que quieras "Kamasutra"
FantasíaPequeños relatos eroticos de "Pideme lo que quieras" Si no te gusta este tipo de contenido no lo leas y ya, deja que a los que si nos gusta lo leamos las veces que querramos. 🚫No lectoras fantasmas. Adaptacion (Asi que todas los derechos a Megan...