T W E N T Y F O U R

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Los golpes contra la madera de la puerta principal hicieron que saliera de mi ensueño, y desviara mi atención hacia Jack, el cual caminó hasta el recibidor para abrirles a Elena y Gabe.

Tadashi se encontraba junto a mí, con su mano haciendo círculos sobre la mía, intentando distraerme, mientras que Hans y Emma buscaban los mensajes que el anónimo les había enviado, intentando averiguar si había algo oculto que pudiesemos encontrar en estos.

-. Todo va a estar bien, ¿si?.- Murmuró el asiático, depositando un beso en mi frente.- Encontraremos a ese idiota, y evitaremos que haga algo con ese vídeo.

Asentí levemente, dejando que acariciara mi cabello. En segundos, el caminar rápido de Jack y Elena se escuchó por el primer piso.

Fijé mi vista en la morocha. Estaba alterada, con su cabello algo desordenado, y un Gabe aún más confuso siguiéndola por detrás. No tardé mucho en notar a Jack arrastrando con molestia a Fred, dejándolo en el centro de la habitación.

-. Dame una buena razón para no golpearte ahora mismo.- exigió el albino, acercándose de forma amenazante al rubio. Tadashi intentó intervenir, pero tampoco parecía muy reacio a la idea de golpearlo.

-. P-Por favor... Les juro que no es lo que parece...

-... ¡Vi los malditos mensajes, Fred!.- Le gritó Elena, mientras era consolada por su novio. Al cabo de unos segundos, volteó a verme.- Tenía todos los videos que ha usado para torturarte. ¡Incluso fotos tuyas durmiendo desnuda!

Nuevamente, tuvieron que detener a Jack y a Tadashi para que no intentaran golpearlo de nuevo.
Ellos no tenían noción de las últimas amenazas, por lo que pude entender su reacción.

Giré para ver directamente a Fred. Tenía un ojo morado, que supuse le había propinado Gabe camino hacia acá. Su ropa estaba hecha un lío, y podía ver algunos rastros de lágrimas cayendo por sus mejillas.

-. Elsa, por favor. T-Tú sabes que lo mío no es acosar personas, ¡Solo vendo un poco de hierba, eso es todo!

-. ¿Y cómo explicas toda esa evidencia? No creo que sea mera coincidencia.- Murmuré, acercándome a él.

-. ¡Yo no las tomé!.- Respondió con rapidez.- Pero si me las enviaron.

-. ¿Por qué? Y más vale que seas sincero, o dejaré que esos dos te rompan la nariz.

-. Que sean tres.- Murmuró Hans no muy a lo lejos. Le di un leve asentimiento.

-. Yo no tuve nada que ver con sacar esas fotos... Pero puede que si lo haya ayudado en alguna ocasión.

Cerré mis ojos, intentando contener las lágrimas que amenazaban con caer por mis mejillas. ¿Había estado tan ciega como para convivir con mi propio enemigo? ¿Qué tanta información le habíamos ofrecido al anónimo a través de él?

-. No puedo creerlo.- Elena volvió a alzar su voz, yéndose contra Fred.- ¡Te dejé entrar en mi casa, idiota! ¡Incluso dejé que conocieras a mis amigas! ¿Y nos pagas así?

Gabe intentó retenerla, y con mucho esfuerzo por parte de ambos, logramos que la morocha se calmara y dejara de maldecir al chico en su idioma natal.

Me terminé de acercar a él, y, conteniéndome para no romperle la mandíbula, sostuve su rostro con mi mano, fijando sus ojos sobre los míos. Quería que viese directo a los ojos, a la persona que le había intentado arruinar la vida.

-. Lo ayudabas a conseguir su material, ¿no es así?.- Fred rápidamente asintió.- Recuerdo que tu estuviste aquí el día de la fiesta. Gabe había venido por Elena con sus amigos, y tu estabas entre ellos. Dime, ¿también grabaste el vídeo?

My Boys. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora