F O U R

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Boté rápidamente todo el agua que tenía en la boca, escupiéndola a un lado de la cancha. A continuación, rodé mis ojos, dirigiéndole una mala mirada a la persona junto a mí.

-. ¡Vodka ¿Enserio?!.- miré mal a Punzie, la cual rodó los ojos soltando una risita.

-. ¿Qué? No puedo pasar gimnasia sin una distracción de aquel profesor.- se encogió de hombros, como si fuese lo más normal traer alcohol en una botella de agua a una clase de gimnasia.

-. Tú tienes un serio problema con enamorarte de las personas incorrectas.- sentencié, soltando una risita. La rubia soltó una leve carcajada, asintiendo junto a mí.

-. Ni me lo recuerdes. Aún no puedo creer que hayas salido con Flynn.- hizo una mueca la morocha junto a nosotras. Me reí al ver las mejillas rojas de Punzie. Elena si que sabía hacerla sonrojar.

-. Admito que es un chico extraño. Pero no era malo... Solo que no era para mí.

-. Si, ni para ningún ser humano con el mínimo de neuronas.- volvió a hablar la peli negra. Yo solté una carcajada.

Punzie y Elena se habían vuelto cercanas a mi desde hace unos años, luego de que la morocha rompiera su noviazgo con Tadashi ella y yo nos acercamos más, y Punzie al ser amiga de ella, se volvió automáticamente mi amiga. Era algo complicado cuando salíamos todos juntos, pues Elena y Tadashi aún seguían algo resentidos el uno por el otro, pero con Elena teniendo novio desde el inicio del verano, aquellas molestias parecían haberse ido este año.

-. ¡Señoritas, reúnanse!.- alzó su voz el profesor de gimnasia, haciendo que los pies de Punzie automáticamente nos guiaran hacia él. Reprimí una carcajada al ver cómo contoneaba sus caderas al caminar. Esa chica...

Vi de reojo como Jack y Tadashi me miraban con una expresión curiosa en su rostro, y yo solo les hice un ademán con la mano. Sabía que si les decía que Punzie tenía alcohol en su botella y que casi me atragantaba con ella, le pedirían un sorbo.

El entrenador nos mantuvo durante media hora trotando alrededor de la cancha, mientras que el resto se iba turnando para pasar por sus obstáculos y ejercicios. Estuvimos así alrededor de una hora, hasta que el pitido de su silbato hizo que nos detuviéramos.

-. ¡Descansen un rato!.- alzó su voz, caminando de un lado a otro, recogiendo lo que había utilizado para la clase. Todos nos acercamos a un lado de la cancha.

-. Siento que voy a morir.- se quejó Elena, lanzándose sobre el césped. Me reí al verla tan agitada.

-. No seas dramática.- le molestó el asiático, logrando que le sacara la lengua, un acto muy maduro para su edad. Negué con la cabeza.

-. ¡Elsa, la botella, rápido!.- se nos acercó Punzie, prácticamente corriendo. Fruncí el ceño y se la tendí. Al instante le dio un largo sorbo.

-. No harás lo que creo que harás ¿verdad?.- alcé mis cejas, temiendo por su respuesta. La rubia sonrió ampliamente.

-. ¡Tiene 27!.- chilló mientras le lanzaba la botella a Jack.- deséame suerte ayudándolo a guardar esas cosas en el gimnasio.

La chica se alejó dando pequeños saltitos al caminar, y junto a Jack no pudimos evitar reír. La chica era un caso serio con sus enamoramientos prohibidos.

-. ¿Que tiene la botella?.- alzó su ceja el albino, mientras le daba una probada. Al instante vi como le daba otro sorbo, saboreando el líquido.- Vodka. Interesante.

Rápidamente le arrebaté el objeto de aluminio y lo dejé a un lado de mí. Jackson rodó los ojos.

-. Tú no beberás de eso, Jackson Frost. No estoy de humor para soportarte ebrio.- sentencié, antes de ver a Elena tomar la botella y darle un largo trago a esta. Rodé los ojos.

My Boys. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora