T W E N T Y T H R E E

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Avancé con cautela hasta la entrada de la feria. Eran alrededor de las once y media de la madrugada, y yo había acordado con mis padres que podría quedarme en casa de Jackson; Con la única condición de que durmiera en el cuarto de Emma, y que me llevara conmigo un dispositivo que los policías me habían entregado, el cual bloqueaba cualquier línea externa o aparato que no estuviese registrado en el. Así podría evitar que me vigilara por la cámara de mi móvil, o el de algún otro móvil. 

Me encontraba junto al grupo de chicos. Luego de que todos llegaran a la conclusión de que su interés en mí había comenzado luego de aquella fiesta, donde me besé y le bailé a uno de los amigos de Hans para fastidiarlo, les comenté que lo había observado viéndonos por unos segundos. Tadashi al instante soltó su lado protector, e intentó sacarme de la feria. Mientras que, por otro lado, Jack intentó mantener la calma y pedirle a Hans y a su hermana que nos encontráramos en su casa dentro de una hora. Antes de aquello, para quitar sospechas, tuvieron que fingir una gran discusión. 

Y con aquello, la atención de los guardias, los cuales nos estaban llevando gentilmente a la entrada de la feria. 

-. No podrán entrar hasta mañana. Y si vemos que se han vuelto a meter en algún lío, estarán vetados hasta el próximo año, ¿Entendido?.- Los tres asentimos ante sus palabras, y sin más regaños por su parte, nos retiramos hacia el coche de los chicos. 

-. Tampoco fue para tanto. Ni siquiera lució demasiado real, ¿o sí?.- Jack nos volteó a ver a Tad y a mí, causando que el azabache negara con su cabeza y yo solo le sonriera gentilmente. 

-. Creo que necesitarás hielo para tu mejilla.- Asentí ante sus palabras, mientras que le tendía la servilleta de mi, ahora, inexistente algodón de azúcar. 

-. Tienes un poco de sangre en la ceja.- Murmuré, acercándome a él para limpiar a zona. A continuación, una vez los tres nos detuvimos junto al coche, estiré mis pies para besar la zona afectada.- Listo. Ya tienes mis poderes curativos. 

-. Ahora si que puedo morir feliz, joder.- Los tres reímos, y no pude evitar recordar aquellos días en los que ellos siempre acababan lastimándose al jugar con el resto de los chicos de nuestro salón, y yo siempre debía llevarlos a enfermería, donde acababan pidiéndome un beso en la mejilla, con la excusa de que era mucho mejor consuelo que sentir aquel líquido marrón sobre la herida. 

-. Ahora que lo pienso, yo también me siento un poco mal. Ya sabes, ese empujón que me gané al tratar de detenerlos puede causarme una hemorragia interna.- Dramatizó el asiático, para después agacharse a mi altura, y apuntar su mejilla. Jack y yo nos miramos, y negando divertidos, acabamos besando sus mejillas.

-. Ahora vámonos. Después van a acabar creando heridas falsas para que los bese. 

-. No necesitamos inventar nada para tener un beso tuyo, pero es divertido ver tu adorable expresión cuando lo haces. 

Negué con mi cabeza, riendo. 

Cuando los tres estuvimos en nuestros respectivos asientos dentro del coche, Tadashi arrancó. Fue a una velocidad moderada durante la primera mitad del camino, pero conforme íbamos alejándonos de las calles concurridos, subió un poco la velocidad. 

A mitad de camino, el móvil de Tadashi sonó, y ara que este no se distrajera, Jack lo sacó de su bolsillo y atendió por él, poniendo a la persona en alta voz. 

-. ¿Hola? ¿Quién es?

-. Tad, soy Hiro. Sé que me dijiste que irías a la feria con Jack y Elsa, pero tía Cass está por salir con sus amigas y yo quedé de juntarme con alguien. ¿Llegarás a casa hoy o...?

My Boys. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora