Capítulo O6.

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Estabas sentado en la mesa, comiendo del tazón de arroz con los palillos, mirando de reojo a todos los presentes cada tanto.

Te gustaría irte, pero si tenías que ser completamente honesto, no tienes a dónde, y por el momento el rubio psicópata es el único que cree al menos algo de lo que te está pasando y dijo que iba a ayudarte.

El problema es que no habían podido seguir hablando sobre el tema en cuestión, porque YeJi había entrado segundos después que le estuvieras acariciando la cabeza al psicópata, y ahora era incomodo ver como aquella pelinegra te miraba de forma burlesca, con aquella mirada peculiar, como queriendo decir algo, sin decirlo.

- Hyung - dice el psicópata que está sentado al lado tuyo, y lo miras de reojo - creo que lo mejor es que te quedes conmigo hasta mañana, cuando mi celo acabe, podemos ir hasta tu casa y hablar, así nos empezamos a conocer - te dice, con una linda sonrisa.

- Ni drogado - le respondes, sin poner ninguna expresión en tu rostro ni en el tono de tu voz.

- Hyung, prometo solo abrazarte, no te haré nada - dice, haciendo un pequeño puchero con los labios - mi lobo no quiere que te alejes, eso lo entristecería - te explica, y te ibas a negar, pero el psicópata te pellizco tu pierna haciendo que tus cejas se fruncieran y ahora lo miraras enojado - y mañana te acompaño a tu casa Hyung - lo ibas a golpear por pellizcarte, pero de repente comienzas a pensar en lo último que te acababa de decir.

Él sabe que no tienes a donde ir, que no tienes casa.

- Hijo, no está bien que uses a tu lobo com...

- ¿Lo prometes? - le preguntas, desconfiado, interrumpiendo a Momo sin ser consciente de ello. Y es que de repente se sentía como si estuvieras en una especie de burbuja, solo con aquel psicópata rubio en la habitación.

- Si Hyung, no te haré nada - dice con una pequeña sonrisa que buscaba transmitirte calma, y de repente vuelves a ser consciente del olor a café, por lo que giras tu cabeza de un lado a otro, buscando de dónde venía.

- Mmh... - le respondes con aquella muletilla, asintiendo con la cabeza, mirando ahora el tazón de arroz vacío, y sintiéndote nervioso y ansioso, sin saber el por qué realmente.

*

No era lo que planeabas, pero aquí estabas, recostado boca arriba en la cama de una plaza y media, siendo abrazado por el rubio psicópata, quien se pegaba de costado a vos como si fuera una garrapata, sus brazos alrededor de tu cintura, una pierna suya sobre tus piernas.

- Mi lobo está feliz - te susurra, abrazándote con más fuerza, y tienes que volver a contar mentalmente hasta diez para no levantarte y probar volver a noquearlo con un golpe.

- Es el único feliz - susurras, poniendo tus ojos en blanco.

- Si Hyung lo dice - te susurra también, llevando su nariz hasta el hueco entre tu cuello y hombro, aspirando, haciendo que te de escalofríos aquella acción, y que tu estómago se revuelva un poco.

- N-no hagas eso... - te quejas, intentando pegar tu hombro a tu cuello, para poder alejarlo de alguna manera, cualquiera fuera.

- ¿Por qué? - te pregunta en un tono inocente, refregando su nariz contra tu cuello, soplando cada tanto en tu cuello de manera lenta, haciendo que los pelos de la nuca se te erizaran - cuando hago esto tu olor es más dulce - escuchas, y no puedes evitar fruncir tus cejas.

- Hoy también lo dijiste.

- ¿Qué dije Hyung?

- Que tenía olor a miedo, y que los demás no sentían mi olor - recuerdas, no sabes si esas fueron las palabras textuales, pero si recuerdas el momento - ¿A qué te referías con eso?

El Otro Lado - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora