Capítulo 1O.

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Estaban sentados en la mesa, ahora con el rubio psicópata y el niño bonito, esperando que llegara el pedido de pollo frito.

Tus manos las tenías debajo de la mesa, estrujándolas, y es que desde la tarde que te picaban, era como si una fuerza sobrenatural hicieran presión para ir a donde estaba el psicópata.

No podías dejar de concentrarte en no hacerlo, en no ceder al impulso, solo podías pensar en eso, y es que si dejabas de pensar en que tus manos debían quedarse quietas, estas lo iban a tomar como una oportunidad para llevar a cabo una acción que querías impedir a toda costa.

Te estaba volviendo loco.

- Estuve pensando que podríamos hacerle el test que nos hacen cuando tenemos 10 años a MinHo-Hyung - dijo el niño bonito.

- No es necesario - le respondió el psicópata, así que lo miraste, mordiendo las paredes internas de tus mejillas para mantenerte en la realidad - el olor de Hyung me dice que dentro de poco se presentará - aseguro, tomando un sorbo de agua, y tus ojos fueron a parar de la acción de beber a sus labios, por lo que tuviste que clavarte las pocas uñas que tienes en la piel y bajar tu mirada a la mesa.

- En ese caso, vamos a tener que esperar para ir al lugar en donde MinHo-Hyung dice que despertó - dijo el niño de ojos brillantes - lo que no tengo son supresores, supongo que vamos a tener que comprar algunos en ca... - el timbre sonó - debe ser el repartidor - dijo, poniéndose de pie y yendo hacia la puerta.

Miraste al rubio psicópata con las cejas fruncidas por sobre tu flequillo que caía sobre tu frente, y podías ver lo nervioso que se sentía, sus ojos no devolviéndote la mirada, sino que yendo a cualquier otra parte de la habitación, sus labios metidos hacia dentro, formando una delgada línea por unos segundos.

- ¿Qué debo hacer Hyung? - te pregunto, mientras escuchabas de fondo la voz del niño bonito hablando con el repartidor - sé que cuando llegue el momento debo detenerme y cuidarlo, pero su olor hace que quiera ceder - admitió, y podías sentir el tono lleno de culpa en su voz.

Aunque escuchabas todo lo que decían, no podías procesar nada de lo que salía de su boca, y es que tu mente solo estaba direccionada a pensar en quedarte quieto, en no moverte, por lo que realmente no eras consciente de lo que sucedía a tu alrededor.

- Jinnie, calma a tu lobo, tu olor me está mareando - dijo el niño bonito, dejando el envase con las piezas de pollo frito sobre la mesa.

- Lo siento - murmuro en respuesta, por lo que tus ojos se entrecerraron al notar que estaba completamente ruborizado.

- Supongo que MinHo-Hyung está tan callado porque está pronto a presentarse - dijo el niño bonito, tomando una pieza del pollo y dándole un gran mordisco - te debe ser extraño Hyung - comento, y mordiste tu labio inferior - ten Hyung, come - dijo acercándote una pieza de pollo, apoyándole sobre tus labios, por lo liberaste tu labio inferior y mordiste la pieza.

La constante necesidad de repente comenzó a aflojar, y ya no tenías esa sensación desesperante de tirarte sobre el rubio psicópata, por lo que tus cejas al fin se relajaron al igual que tus dedos, exhalando el aire que ni sabias tenías contenido por tu nariz.

Tomaste otra pieza de pollo y la llevaste hasta tu boca, masticando casi con la boca abierta, y es que ahora comenzabas a sentirte terriblemente cansado, agotado, como si hubieras estado corriendo una maratón por horas.

Apoyaste tus codos sobre la mesa, y tu frente fue a parar a la palma de tu mano derecha, soportando esta todo el peso de tu cabeza.

- Me siento cansado... - susurraste luego de tragar la pieza de pollo, tus ojos queriendo cerrarse.

El Otro Lado - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora