Capítulo 18.

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- Nunca creí en las coincidencias - dijo el niño bonito cuando el ambiente se había calmado, o al menos ya no se sentía tan pesado que él y el rubio psicópata compartieran habitación - he estado pensando varias situaciones, varias posibilidades - comentó, sacando un libro de su bolso, el que siempre llevaba a la universidad - claramente las personas de ambos mundos existen, aunque sus edades sean diferentes, son las mismas siempre.

- Busque a Freddie Mercury y acá también era el cantante de Queen, la diferencia es que era un alfa que disfrutaba de tener sexo con alfas y también murió de la misma manera - respondiste, recordando cuando habías hecho esa pequeña búsqueda por curiosidad.

- Wuoo - se sorprendió el rubio psicópata, con la boca abierta mientras asentía con la cabeza - así que Freddie es universal - parecía más un pensamiento dicho en voz alta que otra cosa.

- ¿Y en tu mundo qué era lo polémico? - preguntó curioso el niño bonito.

- Que era gay - explicaste - en mi mundo lo normal es ser como un beta, y que los hombres están con las mujeres, si son dos hombres o dos mujeres sos, por decirlo de alguna manera, discriminado y terminas siendo marginado - resumiste.

- Entre betas igual es así acá, es muy extraño ver dos betas hombres o dos betas mujeres juntos - comentó el niño bonito – es más, en realidad también es polémico ver relaciones entre omegas con betas o alfas con betas, ni hablar si son dos alfas o dos omegas – te explicaba, moviendo las manos - en fin, nos estamos yendo de tema, ¿tu lobo te ha dicho algo?

Te quedaste en silencio, mirando a ninguna parte en particular, tu tic de pestañear varias veces seguidas haciendo acto de presencia en lo que intentabas recordar las veces que han hablado con el pulgoso.

- Una vez me dijo que nosotros no deberíamos estar aquí - recordaste - que no entendía qué planes tenía la Diosa Luna con nosotros, o algo así.

- ¿Pero tu lobo no sabe nada?

- Por lo que recuerdo, dijo que estaba en la nada y después estaba conmigo - trataste de hacer memoria, pero no recordabas mucho realmente, casi siempre sus charlas eran para molestarse y no tendías a prestarle atención, era más divertido sacarlo de sus casillas.

- Ellos despiertan con el primer celo - dijo el niño bonito y por la periférica podías ver como el rubio psicópata asentía, dándole la razón - tal vez estaba dentro de tu yo en este mundo y salto a tu yo presente cuando llegaste.

- Un segundo... - dijiste, levantando tu mano para pedir la palabra - eso quiere decir que ibas a abusar de mi yo diez años menor - y no pudiste evitar mirar horrorizado al rubio psicópata - eres un enfermo - afirmaste, señalándolo de manera acusatoria.

- ¿¡Q-Que!? N-No – dijo en un tono de voz fuerte, negando con la cabeza y manos - imposible, jamás haría algo así.

- Pero si cuando apenas me viste casi me muerdes - miraste hacia el techo, recordando ese momento y te auto-abrazaste, mirándolo con desconfianza.

- Pero eres adulto Hyung, jamás, yo... no, nunca.. a un niño... no - empezó a negar, desesperado con una cara de completo susto - Minnie, di algo - le exigió, buscando ayuda.

- Jinnie, yo no soy el más indicado para ayudarte - le contestó el niño bonito, mirando para otro lado avergonzado, cosa que llamó por completo tu atención.

Te hiciste una nota mental de luego indagar sobre ese detalle.

- Argh... es cierto - susurro el rubio psicopata- pero no Hyung, yo jamás, imposible, no - dijo desesperado para que le creas.

El Otro Lado - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora