El Otro Lado - HyunHo

Capítulo O8.

Cuando entraste al cuarto para ver dónde ibas a dormir, te dejaste caer de espalda con los brazos extendidos sobre la cama de dos plazas que ibas a compartir con el niño bonito, y al cerrar tus ojos pudiste sentir aquel olor dulce a café en las sabanas, lo que hizo que tu estómago se revolviera y el malestar volviera a aparecer, haciendo presión en tu pecho.

- ¿Qué me pasa? - te preguntaste en un susurro, aterrado al notar que ahora no solo te dolía el pecho sino que tenías unas enormes ganas de llorar.

- Hyung, con Seungminnie vamos a ir al supermercado, y luego podemos pensar que ... - cuando el rubio psicópata entró a la habitación se quedó en silencio - Hyung, ¿estás bien? - te pregunto con preocupación, por lo que llevaste las palmas de tus manos hasta tus ojos, haciendo presión para que las lágrimas no salieran.

- ¿Por qué me siento tan triste? - preguntaste a la nada, cerrando con fuerza tus ojos y apretando tus labios.

- "Quiero irme" - escuchaste, y te sentaste de golpe sobre la cama, llevando tu mano derecha hasta tu pecho, tu puño cerrado sobre la remera apretándola con fuerza.

- "¿Qué hago?" - pensaste, y tienes miedo, sintiendo que las ganas de huir eran cada vez más grandes - ¿Que... - y unos brazos te rodearon, apretando con fuerza, y el dolor parecía aumentar cada vez más, mientras la voz en tu mente te suplicaba porque salieras corriendo de allí.

- Lo siento, lo siento - repetía el psicópata, y solo entonces te habías dado cuenta de cómo te abrazaba con más fuerza porque intentabas alejarlo de tu lado, sin lograrlo - lo siento, lo siento - insistía, aun cuando habías dejado de pelear para empujarlo.

Solo entonces notaste que aunque de tus ojos no cayeran lágrimas, quien estaba llorando era aquella cosa que estaba dentro tuyo.

Quien sentía miedo, a tal punto de suplicarte que te movieras, quien quería huir y ahora lloraba con angustiantes sonidos lastimeros que te desgarraban el pecho, era aquella voz.

Y el problema era que no sabías que hacer, mucho menos el por qué estaba así, para buscar una manera de hacer que dejara de sufrir.

Tu cuerpo comenzó a sentirse pesado, tu cabeza pareciera que iba a explotar, y de un momento a otro estabas tan agotado sin haber hecho nada, tan frustrado también, por no poder hacer nada, que no fuiste realmente consciente de en qué momento todo se había vuelto negro, y habías perdido la conciencia, siendo llevado al mundo de los sueños.

*

Abriste tus ojos con un terrible dolor de cabeza haciendo acto de presencia.

Saliste del cuarto y cuando llegaste a la sala comedor, viste al niño bonito sentado en el sillón individual con su celular en mano.

- Buenas noches Hyung - dijo, sin despegar su vista del artefacto.

Miraste hacia la ventana, y ahí fuiste consciente de que ya había anochecido.

- Creo que me quedé dormido - susurraste, completamente confundido, tomando asiento en el sillón de dos plazas, y es que sentías que te habías olvidado de algo, pero la pregunta era ¿qué? - no sé porque me duele tanto la cabeza – te quejaste - "ni en qué momento quede dormido" – pensaste, y el niño bonito despego su vista del celular y ahora estaba sobre tu presencia, y sin poder evitarlo frunciste tu nariz, sintiéndote ahora molesto.

- ¿Tiene hambre Hyung? - preguntó, volviendo a mirar su celular, y tu estómago hizo un ruido respondiendo por vos.

- Se adelantó - dijiste, un poco avergonzado, y el niño bonito se rió, dejando su celular sobre el sillón tras ponerse de pie.