El Otro Lado - HyunHo

Capítulo 26. Final.

El rubio te embestía, tu espalda estaba contra la pared mientras él te agarraba con los brazos desde la cara interna de las rodillas, y si no habías caído al piso era solo porque lo abrazaba con fuerza sobre los hombros.

Tus lágrimas comenzaron a salir, mezclándose con tu sudor propio y el ajeno cuando el nudo se formó dentro tuyo.

El psicópata, se movió con delicadeza y te llevo cargado, dejándote ahora apoyado contra el escritorio, mientras sentías como la yema de sus dedos acariciaban tu espalda y pequeños besos eran depositados en parte de tu cuello y hombro.

- Tal vez la próxima debería sacarlo antes de que se forme el nudo Hyung - dijo en un murmullo el psicópata, lento, pausado, ya que aún estaba tratando de recuperar el aliento.

Dejaste de abrazarlo con fuerza por el cuello, dejándote caer un poco hacia atrás, tus omoplatos sobre la pared, solo para verlo a la cara.

Seguro ahora solo le mostrabas una visión deplorable, ya que cada vez que se formaba el nudo, a causa del dolor, lágrimas caían de tus ojos y se entremezclaban con tu sudor.

Pero aunque doliera un infiero, había algo más, siempre había algo más, algo de placer que se entremezclaba con esa sensación displancetera, que hacía que la anticiparas y la desearas.

Dios, te habías vuelto una especia de masoquista.

- No lo hagas.... - susurraste con la voz ronca, tu propia visión algo nublada por el placer y las lágrimas - me encanta cuando me acabas adentro - y sus dedos apretaron tu piel.

- ¿Por qué siempre llego en estos momentos? - se quejó el niño bonito al entrar y casi instantáneamente salir del cuarto - ah, cierto - escuchas detrás de la puerta, por lo que giras tu cabeza, dejando que el psicópata siga llenado tu cuello de besos - hable con Lixxie, le mande un par de fotos tuyas, dijo que eras lindo y que te presentaras a fin de mes.

Tus cejas se fruncieron.

¿Por qué el niño bonito tenía fotos tuyas?

- ¿De qué habla Minnie, Hyung? - te pregunto el rubio, mordiendo tu mejilla con suavidad, trayendo de vuelta la realidad.

- Voy a trabajar en donde él trabaja parece - susurraste, quejándote suavemente cuando el psicópata se movió. Aún estaban unidos.

- No necesita trabajar Hyung - te dijo con un pequeño puchero en los labios, mirándote fijo a los ojos.

- ¿Eres millonario? - preguntaste con una ceja curvada hacia arriba.

- No... - murmuró.

- Entonces si necesito trabajar - concluiste y el psicópata bajo la mirada - si logras ser un artista reconocido quizás deje de trabajar, dependerá de ti - dijiste burlón, besando el puchero del psicópata.

- Lo seré Hyung - aseguro, mirándote a los ojos con un brillo especial – si mis obras no se venden, usaré mi belleza a mi favor para llamar la atención y que se venda, y así seré millonario – dijo de manera juguetona, sacando la lengua con una sonrisa divertida.

Ahogarte una pequeña risa y giraste los ojos.

- ¿Tu segundo nombre es humildad?

*

HyunJin tenía una pequeña nueva maña. Cada vez que ibas caminando te abrazaba por detrás, pegándote a su cuerpo, cuando estabas de pie haciendo cualquier cosa, o nada, solo pensando, te abrazaba por detrás y apoyaba su mentón en tu hombro.

Si los perros pudieran caminar en dos patas, estas seguro que esa sería la postura que adoptarían con sus humanos.

Hoy no era la excepción, cuando salieron del cuarto, el rubio psicópata iba pegado a tu espalda, aun dejándote pequeños besos en cada fracción de piel visible.