Capítulo O9.

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"Hyung" escuchas, y sientes como eres movido suavemente, pero tus ojos no quieren abrirse, y tu cerebro se niega a comenzar a funcionar aun, por lo que murmuras palabras incoherentes a modo de respuesta.

La acción se repite, y se repite, y entonces los recuerdos de donde estabas y todo lo que te había sucedido, en ¿Cuánto? ¿Dos días?, golpean tu mente y tus ojos se abren rápidamente, tomando asiento y mirando a ambos lados, entre confundido y desorientado.

- Hyung, disculpe que lo despierte – escuchas la voz a un lado, y entonces centras tu mirada en el niño bonito, quien está vestido con un pantalón de jean y una remera mangas cortas color lila - debo ir a clases y no vuelvo hasta la tarde, le dejé una copia de la llave en la mesa de la cocina por si quiere salir, y siéntase libre de usar cualquier cosa de la casa - te informo con una pequeña sonrisa, por lo que te relajaste y asentiste con la cabeza.

- Que tengas un buen día... - le respondiste, tus ojos entrecerrándose de nuevo.

- Sigue durmiendo Hyung, nos vemos cuando vuelva - dijo, acariciando tu cabeza por breves segundos y luego salió del cuarto, dejándote solo, por lo que te volviste a acostar, abrazando la almohada, quedando nuevamente dormido.

Cuando vuelves a abrir los ojos, te recuestas boca arriba y comienzas a estirar tus brazos y piernas, te sientas y cuando miras en la esquina de la cama de dos plazas hay una muda de ropa y un papel sobre la misma, te acercas a tomarlo.

- Hyung, le dejo esta muda de ropa, por si se quieres bañar. - lees, rascándote la parte posterior de la cabeza, bostezas, dejando el papel sobre la cama y tomas la ropa.

Entras al baño y ves que en el mueble al lado del lavamanos había una toalla celeste, dejas la ropa donde estaba la toalla y comienzas a desvestirte, abriendo los cajones cada tanto, viendo que había dentro, sin encontrar nada fuera de lo normal.

- Supongo que el agua funciona igual acá – hablaste para ti mismo, cuando ya estabas completamente desnudo, girando la llave de agua donde creías salía caliente - sí, es igual - confirmaste, al comenzar a notar el vapor, abriendo un poco la fría y metiéndote.

Era la primera vez que te podías bañar en una bañera tipo tina, siempre habías usado duchas de pie, así que aunque no lo quisieras admitir, estabas un poco emocionado.

Te sentías tan relajado allí, que cuando habías terminado de bañarte no querías salir de adentro del agua, más aun, te obligaste a hacerlo, quitando el tapón para que el agua corriera, secándote con la toalla y cambiándote, usando un pantalón de algodón negro y una remera de mangas cortas gris.

Te cepillaste los dientes con el cepillo que te había dado el niño bonito, y cuando saliste te sentaste en una de las cuatro sillas de la cocina comedor, apoyando tus codos sobre la mesa.

- "No entiendo por qué te cae mal SeungMin, es un niño muy agradable" - pensaste, al notar que no habías escuchado la voz desde el día anterior.

- "Huele a él" - te respondió con la voz rota, y no sabías porque sentías que estabas olvidando algo.

- "¿De qué hablas?" - preguntaste, mirando la cafetera.

- "Él, su ropa, su cuarto, toda su casa, todo huele a café"

- "¿Te molesta su colonia?"

- "Tsk... idiota"

- Pero... - te quejaste, girando los ojos con fastidio - pulgoso - dijiste, poniéndote de pie y abriendo la heladera, viendo que había dentro.

Tomaste la jarra con agua, y serviste en un vaso, pensando que ibas a hacer.

- El niño bonito debe tener alguna computadora... - susurraste, comenzando a mirar alrededor de la cocina comedor, te acercaste a cada cajón que veías y lo abrías, mirando si había algo que te conectara al internet.

El Otro Lado - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora