Capítulo 1

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River Phoenix se despertó sobresaltado de un profundo sueño. Inmediatamente tuvo conciencia de tres hechos incuestionables.

En primer lugar, estaba completamente desnudo en la cama de Keanu Reeves. En segundo lugar, Revees estaba a punto de entrar en el dormitorio. Y, por último, no estaba solo. Una risa ahogada de mujer se entremezcló con la voz de barítono de Keanu en el vestíbulo. No tenía que regresar a San Francisco hasta un par de días más tarde. River procuró guardar la calma. Pero los años de práctica en ese apartado no parecían suficientes en ese preciso instante.

Se incorporó sobre un codo y escrutó la oscuridad. Entonces recordó que había dejado su remerón sobre el reloj despertador para tapar la luz. River se dejó caer nuevamente sobre la almohada. Trató de sopesar las alternativas, pero estaba demasiado dormido para pensar con claridad.Ninguna opción parecía satisfacerlo. La idea de esconderse debajo de la cama mientras dos cuerpos rebotaban sobre el colchón era, sencillamente, repugnante. Y tampoco contemplaba con buenos ojos que los bomberos lo rescataran mientras guardaba el equilibrio en el alféizar de la ventana del dormitorio de Keanu, a una altura de veintidós pisos.

Escuchó un golpe suave. ¿Acaso se trataba de un zapato? A pesar del latido de su corazón, que parecía hacer un ruido infernal, volvió a escuchar un segundo golpe.Al momento reconoció el leve roce de la ropa al caer, seguido de un suspiro teñido de deseo. El contacto de unos labios sobre la piel desnuda. A través del marco de la puerta que daba al pasillo se podía distinguir la camisa blanca de Keanu y las manos presurosas de una mujer que se afanaban por desnudarlo. La camisa cayó al suelo como un manto blanco.

De pronto, escuchó un sonido metálico. ¡Dios Santo! River comprendió que estaba quitándose el cinturón. Intentó convencerse para hablar en voz alta, pero ni siquiera llegaba a suspirar. Entonces reconoció el inconfundible sonido de una cremallera antes de un beso lujurioso y profundo.

—¡Keanu!

La mujer había protestado en un tono provocativo y había reído con picardía. Después continuaron los jadeos breves, los murmullos y los juegos. River sintió cómo le ardían las mejillas, mientras la sangre bullía por sus venas.Anticipó en su cabeza el espectáculo que estaba a punto de comenzar y notó una risa histérica creciendo en su interior hasta detenerse justo antes de llegar a la garganta.

—Hazme el amor, Keanu. Oh, sí... Me encanta cuando me tocas de esa forma...sí.

Era demasiado tarde. River trató de deslizarse fuera de la cama antes de que la mujer se dejara caer, pero no le dio tiempo. El peso de dos personas adultas sobre la cama dejó sin aire a River. Entre gruñidos, intentó escabullirse por debajo. Pero las sábanas de satén dificultaban mucho el movimiento. La mujer se dio la vuelta sobre la cama, golpeó los pies de River y lanzó un grito aterrador. Keanu cayó al suelo, junto a la cama, alarmado por el repentino grito de su compañera y soltó una maldición entre dientes.

—¿Qué demonios te...?

—¡Hay alguien más en tu cama!—chilló la mujer.

River sintió cómo Keanu se levantaba y tanteaba en la oscuridad hasta encontrar el interruptor de la lámpara de la mesilla. Era hora de hacer las presentaciones.

River se sentó sobre la cama, se cubrió el cuerpo con la sábana y procuró adoptar un aire despreocupado. Pero lo más probable es que recordara a un indígena de la isla de Borneo. Tenía los pelos alborotados y el pecho desnudo. Se había encendido la luz en el instante en que trataba de apartarse de los ojos un mechón especialmente rebelde. Bizqueó un poco hasta adaptarse a la luz y su mirada no tardó en encontrar un par de ojos que, clavados en él, lo atravesaban con furia.

My Own Private RiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora