*capítulo 14*

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Llegue a la entrada y escalé la valla como pude, di un pequeño salto y me escondí detrás del muro por si alguna monja pasaba por el patio.
Más tarde el apareció, me miró de arriba a abajo descaradamente y sonrió un poco, luego tomo mi mano y hecho a correr.

-¿a dónde vamos?- pregunte casi sin aliento.

-ya verás- el siguíó corriendo hasta llegar el pueblo, una vez allí se paro y miro atentamente a el nombre de la calle y luego comenzó a andar.

Llegamos hasta un callejón raro, parecía un poco más antiguo que cualquier otra parte del pueblo.

-aquí estamos- señaló una puerta vieja y de madera desgastada, arriba había un cartel "Arcade music bar"

- Aquí venden todo tipo de discos de vinilo, podemos cantar karaoke o ir a la parte de recreativos y si quieres tomar algo al bar que hay un tocadiscos y unas estanterías de libros- este chico me había impresionado, era como un lugar perfecto, antiguo y clásico.

-¿porque no vamos a los recreativos primero?-pregunté examinando la entrada, un montón de carteles de Elvis y otros cantantes muchas puertas de madera al rededor y bastantes señales que te indicaban dónde estaban cada cosa.

El me hizo caso y me enseño los recreativos, jugamos a casi todos los juegos, estuvimos un buen rato, intenté ganarle pero el parecía saberse todas las técnicas, a veces mientras miraba a la pantalla tornaba un poco la cabeza para mirarle y se le veía feliz y cómodo, era tan adorable. Luego me llevo al bar, me contó que el solía ir aquí a menudo cuando no le apetecía estar en el internado y por otra parte para alejarse del mundo y relajarse. El camarero parecía conocerle y nos sirvió dos bebidas, yo me pedí un batido de vainilla y el una especie de bebida efervescente roja. Mientras el hablaba con "Michael", el camarero, me escape y fui a ver la estantería de libros. Encontré un libro que se llamaba <<Madame Bobary >> que me llamaba mucho la atención así que lo llevé conmigo y el camarero muy amablemente me dio una bolsa para guardarlo.

Cuando terminamos nuestras bebidas fuimos a lo que llamaba Jackson <<mi reino>>. Esa sala llena de discos era increíble, vi como a Jackson le cambió la cara, se veía que le encantaba este sitio.

-Ven, te enseñaré mis favoritos- nos paseamos por la tienda de un lado a otro el me iba dando discos de Nirvana, Green Day, Adele, P!nk y varios cantantes más que decía que le encantaban. Descargué los discos en el mostrador y esperé a que Jackson viniera, me daba vergüenza no poder pagar nada entonces evitaba mirarle a el o me alejaba de la caja para no tener que verlo, por una parte me sentía mal y por otra emocionada, nunca había hecho nada de esto y me había parecido una locura.

-ten- me dio la bolsa con los discos de vinilo.

-gracias, por comprarlos, eeehh intentaré buscar alguna manera de devolvértelo- conteste un poco avergonzada

-no, Rubita, solo con un beso me basta- Dios mío se me acababan de disparar las hormonas. Miraba hacia el suelo un poco inquieta sin responderle. Cuando tuve valor para mirarle el estaba con una sonrisa pícara de lado a lado que tanto me recordaba a Bailey. ¡Joder! Bailey es verdad, le había dado plantón. Tan pronto como volvimos al bar se me paso la inquietud, el cogió un disco y lo puso a dentro de un tocadiscos, presionó la aguja y comenzó a sonar una agradable melodía.
-esta canción te la dedicó rubita, es de p!nk y se llama <<just give me a reason>>- mientras hablaba me agarro de la mano y comenzó a bailar conmigo, Dios mío que alguien me ayude, estoy atrapada entre sus brazos, todo de el es perfecto se ve como sus ojos marrones brillan y me miran fijamente, el deseo de tenerle siempre cerca de mi se hacía mas grande y cada vez sentía mas esa atracción hacia el.
Seguimos bailando al ritmo de la música, disfrutando de ese momento maravilloso, nuestros latidos se conectaron ahora sólo eran uno, el giraba los brazos para hacerme girar y a la vuelta volver hacia el. Tan pronto como llegó la parte chocante de la canción, nuestros labios se encontraron de nuevo, Michael el del bar había desaparecido del lugar por un instante y ahora sólo estábamos el y yo, la canción seguía soñando por detrás y mis mariposas en la tripa habían desaparecido.

Fue tan perfecto el momento, que yo no podía creerlo, si me fueran a decir que se me podía ver ante un chico, que me gustaba y no ante mis padres siendo regañada y castigada por ellos, yo no me lo creería.

-Chicos, muy bonito pero ya he visto suficiente, además no tenéis q iros ya- la voz de Michael interrumpió en la sala y cuando nos percatamos fue demasiado tarde.

En la entrada ya estaba la sr Berta, de brazos cruzados y echándonos una mirada más fría que el hielo.

-¡Por Dios! ¡En dónde estabais!, ¡Porque habéis salido!- ella no nos dejó responder, solo nos agarró de las manos y nos llevo a dentro de golpe.
Entró en el despacho y nos tiró a las sillas que había en frente de su mesa. Seguidamente apuntó algo en unas carpetas y después de un té nos volvió a mirar.

-Bien, no quiero veros a ninguno de vosotros dos juntos, ¡NUNCA!, me habéis escuchado, esto va a ser como romeo y Julieta, estaréis las próximas semanas haciendo lo que se os obligue y os haré un horario más denso para que no os dirijáis la palabra, niñatos asquerosos, sois suficiente mayores para pensar en vuestras acciones así que hasta navidades nada de veros ni nada de nada ¿entendido?-

-si señorita Berta-dije un poco débil
-si...- el en cambio Preciosa tranquilo puso sus ojos en blanco y fuertemente arrastró la silla pegó un portazo y se fue.

-¡señor Méndez vuelva usted aquí! y usted márchese a dormir ya- yo todavía asimilando todo subí las escaleras hasta mi cuarto pase adentro y me tumbé en la cama, desde ese momento me quede mirando a la pared el resto de la noche. Pase de Tamara que estaba con Tony, su novio, hablando y me centré en la pared, beige, blanca, o yo que se que color. Que más da, si para eso no estoy, esto es mi culpa, eso me pasa por salir, apreté mis manos y noté como las uñas penetraban en mi piel, otra vez de vuelta a ese dolor, concretamente ese me quitaba el dolor interior, dolor piadoso utilizado de castigo,si es mi culpa me lo merezco ¿no?.

Si tú supieras [en proceso ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora