* A la mañana siguiente*
-bien, ¿entonces añado alguna otra canción rubita?- dijo Jackson mientras tecleaba en un ordenador más viejo que cualquiera.-¿ahora tú también me vas a llamar rubita?- molesta me crucé de brazos.
-¿porque no? Que sepas que lo de rubita lo dije yo pero estabas demasiado concentrada en la perfecta cara de mi mejor amigo Hugo - Jackson soltó una mirada de decepción.
Y yo, yo mientras miraba su cara y veía sus labios moverse sabía que no podía haber caído más bajo, mis sentimientos confusos cambiaban mi mood cada segundo, a veces me gustaba el inútil de Bailey, y otras el idiota de Jackson. ¿Porque era tan difícil decir decidirse por uno? Al parecer ellos eran muy distintos y parecidos a la vez, pero según Tamara, habían estado todo el tiempo juntos, siendo mejores amigos. ¿ por qué cada vez me intrigaba más descubrir cada detalle de sus vidas? Pero todo me confundía no sabía que hacer o como actuar ante ninguno, hasta me coloraba y sentía mi cuerpo arder, perfectamente sabía que eso no era ansiedad era una enfermedad que cada vez iba a peor, una enfermedad que por mucho que sabía que dolía al final, enfermedad que no tenía cura alguna. El amor. Lo odio, lo odio y lo odio, aunque no solo es eso lo que odio, odio muchas más cosas, el mar, mis padres, los chicos, no dormir...
De hecho a partir de hoy me tenía que despertar una hora antes para preparar la fiesta, y después de las clases tenía que quedarme planificando aún mas la fiesta. Así que hasta que no me acostumbrara a levantarme pronto iba a estar hecha una mierda y con un humor de perros.Segundos después recordé lo que había dicho jackson.
-¿crees que eres la segunda opción?- mierda lo había dicho en voz alta.
El suspiro- no lo creo, lo sé- eso que acababa de decir jackson me pilló totalmente desprevenida.
-lo siento- dije bajando la mirada.
- no lo sientas rubita, no es tu culpa que tenga un mejor amigo guapísimo y que esté como un tren- el imitó mi gesto y bajo la mirada también. De repente un silencio incómodo apareció entre nosotros, intenté fijarme en sus gestos otra vez, el temblaba, y sabía que eso no era por qué si, y tenía que ayudar, aunque no sabía nada de su vida, sabía que la gente que pasa por estas cosas no puede hacer lo que hice yo y esconderme, tenía que ayudar.
Me acerque lentamente dándole un cálido abrazo, por primera vez tenía contacto con una persona, se sentía raro, era distinto, pero aún así, después de todo, no me acostumbraba a que la gente me tocara de forma segura. El paro de temblar y por un momento lo noté sorprendido, pero al momento, paso sus brazos largos y musculosos por encima de mí, devolviéndome el abrazo, ahí fue cuando me asusté, odiaba el contacto y lo evitaba cuanto podía, pero este era un caso aparte, a el le dejaba, pero esta era la última vez.
Este momento duró unos instantes, hasta que ese chico de pelo castaño y sexy ¿sexy?, oh no, por favor Dianne, no empecemos a detallar, no queremos poner motes, no todavía. Se acercó a mi oreja, y ahí fue cuando mis hormonas femeninas se iban a empezar a descontrolar.-gracias, de verdad.- susurró en mi oído, el chico era muy simple pero lindo. No se si era para joderme o porque era así. Creo que se sonrojó, pero yo estaba muy ocupada intentando que el no viera mis mejillas arder de un color rosado y mi incomodidad por el contacto.
En unos segundos los dos salimos de un aula, a la que habíamos entrado hace una hora para preparar la playlist de música, donde había ordenadores y aparatos electrónicos, ya que, traerte los tuyos propio estaba prohibido. Ya habíamos decidido que hacer, le planteé la idea de los buzones y le pareció genial, ahora teníamos que encargar las cosas, y plantearnos que comprar ya que el presupuesto es bastante poco para preparar una fiesta a más de doscientos adolescentes. Ahora sólo teníamos que dar ideas para el diseño de los buzones y de cómo iba a caber un escenario, aparatos electrónicos y demás en el comedor. Contando de que las monjas quieren que se mantenga lo más <<religioso>> posible, pero creo que no deben esperar nada bueno de unos adolescentes preparando una fiesta.
-bueno, quedamos esta tarde para comprar las cosas y preparar los buzones- dije todavía sonrojada.
-bien- otra vez, Jackson el borde, que manía tienen los hombres de ser así, es enserio que nunca los voy a entender.
*pasada la semana*
Ya todo estaba encargado ahora sólo teníamos que esperar a su llegada. Últimamente la gente estaba muy ansiosa esperando a la fiesta, y yo estaba tan ocupada que no tuve tiempo a pedir un vestido, si la fiesta era la semana q viene probablemente el vestido no me iría a llegar. ¿Por qué siempre me pasan estas cosas a mi?
-tranquila Dianne, seguro que encuentras alguno- dijo Raquel
-dime en dónde, porque no va a llegar, ya es muy tarde y la ropa que me he traído en mi maleta es una miseria, no sirve- repuse agobiada.
-tranquila, creo que tengo algún vestido por ahí, luego miro- Raquel se tumbó en la cama de Tamara, estábamos esperándola, últimamente no aparecía mucho por el cuarto, se iba a estudiar a no se donde con no sé quién y por eso habíamos quedado para preguntar.
-que sepas que como no venga la voy a matar- espete aún más agobiada, porque bien sabía que en un par de minutos iba a tener que ir a preparar la fiesta con Jackson, que además últimamente lo veía mucho y estaba ignorando a Hugo y Lucas que a veces me los cruzaba por algún pasillo pero huía de ahí cuanto antes, no se porque me quería mantener distante, pero por alguna razón lo veía necesario.
Tamara entró a la habitación sonriente
- que, ¿nos vas a decir algo?- Raquel se cruzó de brazos y se incorporó.
-¿algo? ¿De que hablas Raquel?- sabíamos que Tamara se estaba haciendo la tonta.
-pues de que te estás viendo con alguien- lo que yo acababa de decir sabía que la estaba alarmando.
Suspiro- no, a ver, si, pero no sé- tartamudeo Tamara.
-dínoslo no vamos a hacer nada- soltó Raquel ya empezando a impacientarse.
-es Tony, creo que me gusta- bajo la mirada para que no viéramos lo sonrojada que estaba en este instante.
-¡¿Tony, mi hermano?!- soltó Raquel.
- ¡¿que es tu hermano?!-vale creo que hasta la propia Tamara se estaba perdiendo.
-chicas me tengo que ir- Antes de terminar de hablar me ví interrumpida.
-¡ahora no Dianne!-dijeron al unísono.
Salí de la habitación mientras dialogaban a gritos, a veces no entendía nuestra amistad, parecía que se llevaban bien, pero sinceramente eran muy distintas. Y por eso acabamos en estas discusiones.
- hola- dijo Jackson, últimamente lo notaba más incómodo de lo normal.
- hola, tengo los buzones ¿vamos ya a ponerlos?- pregunte
El asintió.
Nos pasamos la tarde colocando buzón por buzón en cada puerta de cada clase para que la gente mediante cartas invitara a sus parejas y por la tardes se abriera el buzón para repartir las cartas a las respectivas personas.
La verdad es que me la pase riendo y peleándome con Jackson la mayor parte del tiempo, no peleando en si, sino compitiendo a ver quien pegaba más buzones en cierto tiempo, de verdad que el chico me confundía. En un momento no me hablaba y otro parecía que le conocía de toda la vida, me confunde tanto que me planteo si soy yo la rara, aunque creo que es cierto debido a que no he salido de mi casa desde los 5 años o así, pero de todas formas ¿porqué?.
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Si tú supieras [en proceso ]
Fiksi Remaja-[en proceso] -Esta historia es 100% mía y no se admite ninguna forma de plagio -Los dibujos de la portada no son míos, los autores tienen todo el derecho en ellos. "INESPERADO PROHIBIDO NO CORRESPONDIDO ETERNO EL AMOR TIENE MUCHAS CARAS ...