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Dejo esta nota para decir que hay un aviso dentro del capitulo (🔴). En la escena solo se describen, mencionan, pequeños hechos pasados, considero que es algo leve, pero que tal vez alguien no quiera leerla.

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Raoul abre sus ojos antes de escuchar la sirena. Está abrigado, no sabe en qué momento de la noche se ha dado girado, pero puede sentir el calor de Agoney en su espalda.

Se queda inmóvil por varios minutos, se relaja entre esos brazos que le brindan mucho más que calor, aunque aún no se atreva a decirlo en voz alta. Los últimos días han sido angustiantes, han estado llenos de miedo porque no ha tenido noticias de Roi. La última imagen de su cuerpo tirado en el suelo del comedor no es la mejor para tener instalada en la memoria.

—Iván me dijo que hoy tendría noticias —la voz adormilada de Agoney llega a sus oídos.

Raoul siente su aliento chocar contra su nuca y sonríe antes de voltearse, susurra un buenos días y cierra los ojos de nuevo, esta vez más cerca del rostro contrario. En esos días no ha tenido un largo discurso alentador y lleno de esperanza por parte de Agoney, pero ha tenido sus abrazos las últimas noches, ha tenido su atención silenciosa alrededor, y para Raoul, eso es tan importante como las palabras.

—Gracias. Me desespera no saber nada de él. Han pasado días.

—Por eso le pedí a Iván que consiguiera información.

—¿El invierno aquí es muy malo? Solo están comenzando los días fríos y esta celda es una mierda.

—Si tenemos suerte nos darán una manta más.

—¿Y si no tenemos suerte?

—Tendrás otra razón para buscar calor aquí en mi cama.

Raoul siente sus mejillas arder, se muerde el labio para no reír pero busca con sus ojos los labios de Agoney.

—Puedo dormir en mi cama sin problema, pero no quiero hacerlo.

—¿No?

—No. Me gusta que me abraces por las noches.

—Yo no… —Detiene sus palabras al ver la ceja elevada de Raoul, en ese preciso momento, le está abrazando.

—Tú también pasas frío, Agoney, yo lo entiendo. —Ríe Raoul, pero no deja que el moreno diga ni una palabra.

Los labios de Agoney sienten un beso suave, el rubio comienza a mover su boca con lentitud, con dulzura. Es un beso tierno, no es desesperado ni ardiente, no es ansioso, porque Raoul no pretende más que acariciarle con los labios. Sus manos acarician las mejillas morenas y un pequeño suspiro se escapa de su boca segundos después, cuando se separa de Agoney.

—¿Te dejo una sudadera? —pregunta el moreno un poco nervioso, levantándose para comenzar el día.

Raoul frunce el ceño, pero no dice nada. Sonríe cuando Agoney le da la espalda y se queda con la sensación de haber compartido un beso diferente. Ese corto momento se ha sentido demasiado íntimo. ¿Agoney también lo habrá sentido así?

—Por favor.

Imita sus pasos y cuando la sirena retumba dentro de la celda, está todo ordenado y ellos se encuentran listos para el recuento.

Raoul eleva la mirada cuando se siente observado. Mira a su alrededor y sus ojos se cruzan con los de Sam. Quizás le cuesta aceptar que Agoney le deje usar esa sudadera roja que tanto significado tiene para él. Lo peor es que esa no es la única mirada que tiene sobre él, Néstor también ha clavado sus ojos en su cuerpo.

Detrás de ti - RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora