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Antes que comiencen a leer, les recuerdo que colocaré este emojis 🔴 para señalizar las escenas violentas que sean demasiado fuertes y puedan incomodar a alguien.

Como la historia del fic transcurre en un centro penitenciario, muchas veces habrá discusiones, insultos o leves peleas que no serán demasiado violentas, y en esos casos, no dejaré el emojis.

En este capítulo hay dos escenas que contienen violencia, un maltrato que consideré demasiado leve y no está señalizado. Si desean que también estén señalizadas, me lo dejan en los comentarios, por favor. 😉

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Un día más acaba de finalizar, la puerta de la celda se cierra y mientras Raoul se acuesta en su litera, Agoney decide tomarse unos minutos en el escritorio. Ha cenado con Néstor, Juan Antonio lo ha hecho con Raoul, es el segundo día que comen juntos y aunque su amigo no le ha dicho nada al respecto, él está seguro que ha conectado con el rubio.

En los últimos días las duchas han sido más incómodas de lo normal para ambos, porque es pisar el lugar y llenarse de la sensación desagradable que sintieron cuando presenciaron lo que Rubén y su colega hicieron. Roi ha sido cambiado de turno, y aunque eso no garantiza nada, por el momento no ha tenido problemas con sus compañeros de ducha.

– ¿Quieres algo? – siente la mirada de Raoul fija en su nuca, como la ha notado en varias ocasiones los últimos días.

– No... – se gira para darle la espalda pero antes de que pueda pensar, lo suelta – ¿Por qué no me dijiste que quisiste ayudar a Roi?

No necesita preguntar, Agoney no tiene dudas, en ese momento confirma que su querido amigo no ha podido mantener la boca cerrada, o más bien, no ha querido hacerlo.

<Juan Antonio y su manía de meterse donde no debe>, le maldice internamente.

– ¿Quién es Roi? – pretende sonar indiferente.

– ¿Por qué eres así? – se gira nuevamente para mirarle.

Raoul no entiende por qué no le dijo que había intervenido a través de Ricky, por qué dejó que le gritara, que se enfadara con él, que le culpara por no hacer nada, cuando en realidad intentó ayudar. No esperaba una actitud así de su parte, no después de cómo le ha tratado, no después de escucharle mil veces decir cómo disfrutaría de su cuerpo, de insinuarse en varias ocasiones de forma tan pervertida.

– Finges que no-

– No tengo por qué responderte – le interrumpe dejando el escritorio – No tengo que darte explicaciones, así que deja de perder el tiempo y deja de preguntar gilipolleces.

Decide acostarse porque no quiere que Raoul comience con sus preguntas, aunque él decide si darle o no una respuesta, cada pregunta significa que su cabeza ha estado dando vueltas y vueltas por alguna razón.

– ¿Has-

– ¡Duérmete de una puta vez! – le ordena antes de que pueda terminar con su nueva pregunta.

Raoul no debería preguntar, no debería interesarse en él, no quiere recibir miradas interrogantes, no quiere que le analice. No quiere que sienta pena o lástima, no quiere volver a encontrarse con la mirada que le dedicó hace un par de días en la biblioteca, cuando tuvo aquella primer pesadilla.

No quiere que Juan Antonio hable más de lo que debería, él no tendría que ser un tema de conversación entre ambos. No es lo que Agoney buscaba cuando le pidió al vasco que hablara con Raoul.

Detrás de ti - RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora