El dolor en su pecho ha disminuido, Agoney no sabe si todo se debe a los analgésicos, o quizás sea gracias a la noche que ha pasado. Ha sido extraña, sobre todo por no tener ninguna compañía a su lado, pero el despertar de esa mañana ha sido mejor que el del día anterior. Ha pasado por una nueva rutina de preguntas y la visita del médico de guardia, también le han quitado la máscara que tenía el día anterior y ahora solo posee una simple cánula nasal.
La visita de Kibo ha sido una sorpresa, pero también un respiro de tranquilidad. Su presencia le ha demostrado que a pesar de los años, la amistad que forjaron hace tiempo sigue latente, que el cariño del que Ricky le ha hablado más de una vez, es genuino. Los minutos que ha pasado con él le han regalado un momento de realidad, pero además, han logrado calmar una de sus dudas. La información que Kibo ha compartido con él, por escasa que haya sido, le ha permitido dormir con algo de paz.
Saber que Raoul está bien, ha sido un alivio. Conoce la dinámica con la que se están manejando dentro del centro y eso es igual de tranquilizador. Raoul está cumpliendo sus horas de trabajo dentro de la enfermería y está seguro de que debe sentirse bien por eso. Está ayudando a otros internos y Agoney cree que puede sentir su felicidad interna al hacerlo. Su compañero de celda siempre ha demostrado empatía por los demás, sus intenciones de ayudar a otros fueron las que más dolores de cabeza le provocaron a Agoney, pero a la vez, fueron los primeros detalles que empezaron a enamorarlo.
Ha tenido mucha suerte de encontrarlo, está feliz porque ha logrado lo que se propuso el primer día que lo tuvo frente a él. Agoney ha podido protegerlo de todos dentro del centro, pero sobre todo, ha podido protegerlo de sí mismo. No puede negarlo, por momentos el miedo se apoderó de él, en ocasiones sintió terror al pensar que Raoul podría revelarse e intentar hacerle frente a los demás. Agoney odiaba pensar que Raoul podía ganarse el respeto de los demás, ese que puede darte muchos privilegios, pero que poco a poco te quita el sueño, la calma, y no deja en paz tu consciencia. Es difícil sobrellevar la culpa, porque el peso de la justicia no siempre consigue ganar.
Agoney vive en medio de una tormenta, sus monstruos internos nunca han sido fáciles de callar, pero desde que Raoul ha entrado a su vida, por momentos, esa tormenta ha conocido la serenidad. Quizás el último tiempo ha estado tan pendiente de evitar que el rubio siguiera sus pasos, esos que provocaron dicho tormento, que sin darse cuenta ha olvidado un poco sus monstruos. Raoul ha ido metiéndose en su mente, hasta conseguir toda su atención, y le ha hecho descubrir que es más fácil esquivar sus malos recuerdos, ahora que tiene una imagen preciosa para inundar su mente. Su cabeza está aprendiendo a vivir dentro de una inspiración constante, con Raoul rondando por su mente, su oscuridad interna parece iluminarse cada día un poco más.
—Madre mía, esa sonrisa… —escucha la voz de su hermana—. ¿Has pasado buena noche?
Agoney se sonroja sin poder evitarlo. Naira está nuevamente allí, como prometió el día anterior, puntual para aprovechar el horario de visita que tiene permitido. Ahora que sus nervios están más controlados, que su cabeza se ha mentalizado durante varias horas para su presencia, tenerla en frente ya no es un desafío.
—¿Y mamá?
—Ella vendrá mañana, la visita es muy corta y nosotros tenemos una conversación pendiente.
—Naira…
—¿Qué? Es la verdad. —Su hermana se acerca a él, besa su cabeza y sonríe feliz de volver a verlo—. Físicamente has cambiado y aunque tienes tus ojos apagados, aún tienen ese brillo especial que tenías de pequeño.
—Ha pasado mucho tiempo.
—Nueve años, los tengo bien contados.
Agoney mira a su hermana, y puede ver que los años también han pasado para ella. Aquel día que llamó a casa, que Néstor estuvo a su lado, Naira había cumplido treinta años. La última vez que la vio, su hermana tenía solo veintiún años.
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Detrás de ti - Ragoney
Fanfiction- Me olvidaré de ti, no pasaré ni un puto segundo de mi vida pensando en ti. - Fallarás en el intento, y ambos lo sabemos - susurra sobre sus labios - Vayas donde vayas, estés en donde estés, siempre estaré contigo, siempre estaré detrás de ti. Raou...