Capítulo 6

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5 años atrás.

Hipo.

-¡Astrid no! Por favor no digas nada, matarán a Chimuelo. -Tenia tanto miedo qué ella hablará, todo podría arruinarse.

-Hipo acabamos de hayar el nido de los dragones lo qué los vikingos buscamos por siglos ¿Y dices que quieres ocultarlo? ¿Para proteger a tu dragón mascota? -Di un largó suspiro, no tenía qué pensarlo estaba seguro de mi decisión.

-Si, no permitiré que nada nadie a Chimuelo.

-Está bien, estoy contigo para apoyarte. -Sonreí hasta qué sentí un golpe en mi brazo.

-Esto es por raptarme. Y esto,-Me toma desprevenido para darme un beso en la mejilla. -Por todo lo demás.-Se estaba por ir hasta la detuve con la mano.

-Quedate un rato más, por favor.

Me mira a los ojos y veo como sus mejillas se tornan rosas. -Está bien.

Nos las pasamos la mitad de la noche hablando de trivialidades, riendo y bromeando con todo, Astrid era genial de eso no había duda, no supe en qué momento ambos comenzamos a besarnos de otra manera una mucho más ¿Intensa? Solo se qué quería más, eh estado enamorado de ella desde qué soy pequeño.
Pero al poco tiempo de terminar los besos me susurro un "Nos vemos luego" para irse a su casa, no quería dejarla ir pues ya había tomado mi decisión. Berk ya no era mi hogar, ni lugar para mantener escondido a Chimuelo siempre ambos queremos volar con tranquilidad siendo libres.
Ojalá ellos comprendieran qué los dragones son criaturas muy buenas, eso nos ayudaría a avanzar como personas pero jamás me escucharán, me llamarían traidor podrían exiliarme y luego matar a Chimuelo. Jamás permitiría que le pase algo, nunca podría perdonarme, la única solución qué tengo es irme para siempre y si debo dejar a astrid también entonces debo despedirme adecuadamente de ella.

Me volteó hacía Chimuelo y le digo qué se quede aquí, qué volveré en un rato a buscarlo. Emprendo mi caminó sigilosamente a la casa de Astrid la cuál parece que todos ya están dormidos, suerte qué los vikingos tenemos el sueño pesado a no ser qué haya "ataque" de dragones.
Doy la vuelta para el lado de su ventana y me sorprende verla asomada ahí, gritó su nombre y cuándo me ve ella se mira sorprendida pero emocionada, eso hace qué mi corazón comience a latir más fuerte.
Con mucha tranquilidad subo hacia dónde está ella, ambos nos miramos con ternura y sabíamos lo qué queríamos aunque estuviera mal y en contra de las tradiciones. Nos besamos, con más intensidad poco a poco las prendas qué teníamos fueron dejando nuestro cuerpo, ambos tratábamos de no hacer ruido y de guiarnos juntos.

Ninguno sabía muy bien qué hacer pero ambos queríamos, nos dejamos llevar hasta qué nos volvimos uno en cuerpo, abrí un momento mis ojos y la vi, su peló suelto, mejillas rosadas, labios entré abierto, era hermosa...la extrañare, más qué a todos a ella es a la qué voy a extrañar como nunca. Cuándo ambos terminamos, estabamos cansados y transpirados, nos miramos y me sonrió.

-Te amo, desde qué éramos niños tuve una manera rara de demostrarlo la cuál no era la correcta, pero quiero decírtelo luego de lo qué hicimos siendo qué fue importante para mi. -Sonreí para luego besarla.

-Yo también te amo, y bueno también desde qué éramos niños siempre te quise, jamás pensé qué ambos estaríamos ahora en éste momento.

𝑽𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒂 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒓  (𝑯𝒊𝒄𝒄𝒔𝒕𝒓𝒊𝒅)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora