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Los ojos de Hermione se empezaron a abrir lentamente, a su paso, sus sentidos, como el auditivo empezaron a entrar en funcionamiento.

Su cuerpo se sentía devastado, agotado, sin fuerza alguna, como si una estampida de elefantes hubiera pasado y repasado por encima de ella. Tenía un fuerte dolor de cabeza, sobre todo en su frente y en su ojo izquierdo.

Lo primero que vio, al abrir los ojos, fue, a lo lejos, en una esquina, una pequeña basurilla, azul, parecía un trozo roto de una hoja de color azul.

Bostezó, todavía tenía sueño.

Esa esquina...

¿Estaba en su habitación?

Se dio cuenta que tenía sus cobijas cubriéndole la nuca, solo su rostro estaba descubierto.

Se encontraba en su cama.

¿Cómo había llegado ahí?

Quiso sentarse, hizo el intento al menos.

Al moverse, sus rodillas hicieron fricción con las cobijas, provocándole un dolor insoportable en las rodillas.

De inmediato con las dos manos tocó sus rodillas sintiendo más dolor por la brusquedad. Tenía costras, eso sintió, una de sus rodillas, tenía una herida que bordeaba toda la rodilla, en el medio se podía sentir húmedo, eso era carne descubierta.

Entonces recordó todo lo que había ocurrido hace lo que era instantes para ella.

Su respiración se aceleró más.

Pero ¿qué recordaba?

Mucho y a la vez nada. Tenía tantas cosas en su mente, tantas imágenes, tantas palabras, demasiados rostros pero mucho que reordenar.

Recordó como había sido traslada hasta Hogsmeade, como había estado ante la presencia de... Voldemort. Como él mataba a uno de los mortífagos...

Cerró los ojos al recordar como él pasó por encima de aquel cuerpo inerte. Sintió escalofríos.

Finalmente su mente, como si fuera una cinta de película, le mostró cuando vio su rostro y nombre en el árbol genealógico Gaunt, como aquella rama se desprendía del nombre Tom Riddle hasta llegar al suyo.

Sintió un dolor en la boca del estómago, aquel dolor era el remordimiento.

¿Remordimiento? ¿Por qué?

Pues; tal vez por haber nacido.

Una parte de ella se negaba a creer que todo lo que aquel ser despreciable y casi inhumano había dicho, se negaba a creer en aquella foto flotante de ella en aquel tapiz. Se negaba obstinadamente, apartando y luchando fuertemente contra la otra parte de su cabeza, aquella parte que era razonable, la realista, la que había escuchado, la que había tocado el tapiz, y comprado que no era ninguna alucinación. Que era verdad, todo era verdad.

Ambas pelaban, sin embargo, después no recordaba nada.

¿Cómo había llegado hasta ahí?

¿Su intento de ser vista por Tonks había resultado? La habían encontrado.

¿Pero cómo?

No había podido ni siquiera verla. De seguro se había desmayado.

Intentó recordar, una y otra vez pero sin embargo no recibió respuesta, más al contrario, la cabeza le empezó a doler. Decidió dejar de pensar o tratar de recordar.

¿Hermione Granger o Riddle? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora