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Estar dentro del agua era como morir, sumergirse en un mar de lágrimas, de llanto, de desolación.

Caer por el tobogán fue como caer por un precipicio, pese a tener el encantamiento casco-burbuja sintió que le faltaba aire, hasta pudo jurar que vio pasar toda su vida en sus ojos. Desde que había empezado a tener memoria, su primer diente, su primer libro leído, la vez que conoció a sus amigos, la vez que fue petrificada en segundo año, incluso vio cuando cayó en un charco de agua en Londres. Todos los recuerdos, malos y buenos eran preciados, no importaba lo que le deparaba el futuro, no importaba lo que le iba a pasar, no cambiaría lo vivido por nada.

Aquel tubo era demasiado ancho y grande, estaba lleno de lodo y mugredad en todas sus paredes, era espeso y olía de verdad a una cloaca. El uniforme de Hermione, su falda y en ejemplar su camisa estaban teñidas de un color grisáceo antes de caer al agua.

Aterrador, esa palabra era perfecta para lo que estaba frente a sus ojos. Una oscuridad infinita, frío y silencio.

No sentía nada, nadie o nada estaba cerca de ella, su varita aún estaba bien sostenida en su mano derecha, intacta. Tal vez podía quedarse ahí para siempre, pese a que el lugar daba una sensación deprimente ella se sentía cómoda, tranquila, como si ese lugar fuera una poción tranquilizante, no había nadie, nadie importaba, ni ella misma. Tal vez debería quedarse ahí y que el frío se apoderase de ella, que algas y corales cubrieran todo su cuerpo.

Ya había estado en el lago negro antes, en su profundidad, cuando fue el torneo de los 3 magos y Viktor Krum tenía que rescatarla, no recordaba nada, no sintió nada pues estaba dormida. Ahora era distinto.

Solo la fuerza y el dolor la hizo reaccionar.

Estaba ahí para buscar y encontrar respuestas. Realmente no tenía ni la menor idea de lo que se iba a encontrar, de hecho tenía mucho miedo, miedo dendecepcionarse... de ella misma y de los demás.

Tenía que armarse de valentía, era una Gryffindor, valiente, audaz, capaz y fuerte. Su deber era proseguir, se lo debía a sí misma, se lo debía a todos aunque la decepcionaran.

Elevó su varita y con los ojos cerrados "Lumus Maxima"

Un destello salió de su varita y se instaló flotando a lado de Hermione, la luz no era tan fuerte como el "Lumus solem" no quería llamar la atención de criaturas peligrosas. Observó a sus costados, no había nada. Myrtle le había dicho que el tubo la iba a llevar directo al corazón del lago negro, al parecer había dicho la verdad. No había el rastro del calamar gigantes, ni peces, ni la colonia de los gridylows y selkies. Nada, todo estaba vacío.

¿Cómo iba a saber a dónde ir?

¿La carta no le había indicado nada?

Sintió un tirón en el estómago, temía haberse equivocado.

Pero, pese a tener el casco-burbuja pudo escuchar una melodía. La melodía era tranquila pero siniestra, parecería un vals de penuria, la luz a lado giró con ella.

Un giro completo y no pudo encontrar de dónde provenía aquella melodía.

Se escuchaba cerca, muy cerca. Como si estuviera sonando donde ella pero al girar y buscar con sus ojos en aquella oscuridad no encontraba nada.

Era como... como si... estuviera... sobre ella.

Como si sonara debajo de ella.

Sus ojos bajaron lentamente a sus pies. Debajo de sus pies se pudo divisar una luz azul, un poco lejana pero se podía ver como una caja entreabierta.

¿Hermione Granger o Riddle? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora