¿Hermione Granger o Riddle?

🍂8🍂

Hermione lo fulminó con la mirada nuevamente, haber sido atrapada de tal forma le sorprendió, estaba por considerar sublime su escapa sin embargo no era así, bajó la mirada para ver sus pies suspirando frustrada. Ahora se encontraba encorvada como si fuese encontrada por un profesor.

-Fue fácil darse cuenta que estabas merodeando por aquí, personalmente me sorprendería que no lo hicieras, todos los Gryffindor andan husmeando por ahí ingenuamente... es gracioso. -admitió Theodore Nott riendo pero inmediatamente volvió a su seriedad, se notaba que se estaba entreteniendo con la castaña recién descubierta. -Claro que tú... ya no eres de Gryffindor, supuse ver algo digno de Slytherin contigo pero aún sigo viendo al león en tu sombra, es decepcionante.

¿Decepcionante? ¡Decepcionante fue encontrarse con él! O ser encontrada por él...

Realmente decepcionante fue haber ingresado a Slytherin.

¡Qué horror!

La castaña llevó su mano izquierda a su frente y cubrió esta junto con sus ojos, resultado del cansancio, todavía le faltaba descansar, recuperar fuerzas y así no podía.

-¿Y a dónde ibas? Oh señorita Granger ¿usted no sabe que hay toque de queda en Hogwarts? ¿Ah? ¿La leona está rondando por allí en busca de su presa? -habló nuevamente el Slytherin para echarse a reír pero Hermione se horrorizó al escucharlo reír fuerte, así que se aproximó a taparle la boca.

No sabía que él era así, nunca se había imaginado a Theodore Nott con esa actitud. Siempre lo había visto callado, casi inexpresivo. De tal forma, aún lo veía melancólico.

El chico aproximadamente cinco segundos después quitó con rapidez la mano de Hermione, no siendo brusco, claro. Aún más escandalizado volviendo a reír aún más fuerte.

Hermione ya estaba por arrancase los cabellos. No sabía que hacer, la había agarrado desprevenida.

Los iban a atrapar. Ya estaba segura de que volvería a ver la puntiaguda nariz de su profesor de defensa contra las artes oscuras.

-¡Por favor! ¡Para ya! Nos van a castigar -pidió en susurros la castaña.

-¡Já! ¿Crees que nos escuchan? ¿Los demás? Para tu información, Hermione Granger, las paredes de Slytherin están cubiertas de pieles de serpientes de Asia, los sonidos no atraviesan los muros. -habló dejando de reír. Ahora su rostro parecía normal, aquel que siempre llevaba a los salones de clases. Melancólico y callado. -Si torturan a alguien aquí... ni un sólo lamento podría ser escuchado.

Esa información no la había leído jamás.

-¿Y cómo es que me encontraste, entonces? -preguntó Hermione con un tono de voz neutro, cuidando de no hacer mucho ruido.

-Fui al baño... -río el Slytherin mirando de reojo a la castaña mientras veía sus brazos y luego subió la mirada para verla de frente, esperando atentamente la palabra de la ojimiel. Hermione frunció el ceño.

-Eso no es posible, las habitaciones tienen baño. ¿Por qué habría que salir de tu habitación? ¿Me crees tonta? -habló Hermione dispuesta a acabar con esa conversación e ir a buscar su uniforme a como de lugar.

-La verdad te creía un poco más ingenua... -habló burlón el castaño sujetando su propio mentón, como si estuviera pensando algo, con mucha seriedad.

Hermione cayó en cuenta que el chico Nott era cambiante, podía verse como un chico asocial y luego como un chico entrometido. Era extraño. De hecho todo lo que estaba viviendo últimamente era extraño. El ambiente era frío, ni la chimenea, ni las antorchas podían calentar el lugar.