7: jay.

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Luego de una práctica de combate cuerpo a cuerpo, Jay finalmente cayó en el acolchado suelo, notablemente abatido por el rápido aprendizaje de Sunghoon. Le hizo reír el hecho de que quien solía ser considerado el eslabón más débil de toda la academia cuando estudiaban, ahora era una fuerza para ser considerada. Sunghoon se deshizo de su vendaje y se secó el sudor con una toalla, tomando un poco de agua y ofreciéndole otra botella igual a Jay. El mayor rió un rato, mirándolo mientras se sentaba.

— Yah, debes admitir que estuve muy cerca de derrotarte humillantemente— le dijo, a lo que el contrario rió.

— Claro, los tres segundos más dolorosos de mi vida.

Ambos rieron, para luego suspirar. El coronel Bang había insistido en mantenerlos juntos como una dupla luego de su éxito en distintos casos, un éxito formulado por la alta espontaneidad de Jay y la fría calculación de Sunghoon.  Eran una combinación hecha por los dioses, diseñada para atrapar criminales, proteger y rescatar potenciales víctimas.

— ¿Crees que el coronel Bang hablaba en serio sobre promovernos juntos a Antinarcóticos si todo sale bien en Protección y Seguridad?— le preguntó.

— Jay, en los años que estudié en la academia y en el tiempo que llevo en Crímenes Violentos, puedo asegurarte que nunca he escuchado al coronel Bang bromeando.

— ¿Por qué eres tan serio? —le preguntó mientras el contrario se sentaba a su lado a descansar—. Sólo trato de alivianar el humor.

— No estoy de mal humor— contestó Sunghoon.

— Yo sí, acabas de darme una paliza.

Eso hizo que Sunghoon riera, lo cual Jay correspondió.

— ¿Sabes? No siempre quise ser policía —le contó el mayor, suspirando mientras miraba su botella—. Crecí toda mi vida viajando de un lugar a otro por el trabajo de mi padre y los deseos de mi madre, nunca viví en un país por más de un año. Estoy algo acostumbrado a las despedidas, lo cual no es bueno porque nunca he tenido amigos. Por eso no soy bueno con las relaciones tampoco, no es que le tema al compromiso, es que nunca lo he conocido... —Jay abrazó sus piernas, pensando realmente en lo que acababa de decir, ya que repentina y espontáneamente se estaba desahogando con su compañero—. Decidí mudarme definitivamente aquí porque quería un poco de estabilidad, y la única forma de convencer a mis padres de que me dejaran quedarme aquí y que ellos siguieran viajando fue decirles que iba a estudiar para ser policía, y por eso lo hice.

Sunghoon lo miró con comprensión, y luego de un rato palmeó su hombro, deshaciéndose de esa pequeña verguenza que Jay sufría cada vez que hablaba de ese tipo de temas. El contrario lo miró de vuelta, a lo que Sunghoon sonrió.

— Está bien no conocer ciertas cosas, Jay —le dijo—. Está bien querer estabilidad, y está bien querer vivir a tu modo.

Jay le devolvió la sonrisa a Sunghoon, y cuando su mirada se mantuvo en la del contrario un rato, descubrió un sentimiento raro que estaba empezando a desarrollarse en su interior. Sunghoon se levantó del suelo y le ofreció su mano para que él hiciera lo mismo, sin embargo, Jay seguía un poco desorientado por aquello que acababa de sentir, y eso se mantuvo con él incluso después de volver a su departamento. Donde pensó toda la noche en lo cautivado que había quedado con la mirada de Sunghoon y su comprensión, la cual había encontrado ausente en muchos otros de sus intereses amorosos. Y desde ese día, Jay descubrió que gustaba de Sunghoon.

white day | jakehoon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora