prólogo: el orfanato.

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Todo empezó en el orfanato, aquel lugar neutro donde una serie de niños dieron a parar luego de que sus destinos los privaron de esa familia que los protagonistas de las historias felices suelen tener. En el orfanato Day One, con ese irónico nombre que todos los transeúntes que leían su cartel encontraban muy apropiado para un orfanato que recibía únicamente varones y cuyos ingresos eran mayormente de neonatales y bebés, las paredes blancas pintadas por los mismos huérfanos presenciaron el nacimiento de una hermosa historia de amor.

Todo empezó en el año 2002, cuando dos bebés llegaron al orfanato con apenas meses de diferencia. Desde el primer día estuvieron en la misma habitación, compartiendo al mismo cuidador, jugando con los mismos juguetes y aprendiendo a leer con los mismos libros. Dos plaquitas en sus uniformes y en la puerta de su habitación leían sus nombres: Jaeyoon y Sunghoon, y todos los cuidadores del orfanato los veían como un par de almas gemelas, destinados a encontrarse para acompañarse el uno al otro. A algunos de los nuevos cuidadores les causaba curiosidad lo rápido que su amistad se había desarrollado, pero cuando le preguntaban al pequeño Sunghoon de cuatro años por qué se había hecho tan amigo de Jaeyoon, él simplemente le contestó "es muy bonito".

Eran dos polos opuestos: mientras Jaeyoon era una mariposa social con una hermosa sonrisa que siempre participaba en las clases y demás actividades, Sunghoon era tímido e introvertido, incluso podrías decir que inseguro. A Sunghoon le costaba comunicarse con la gente, incluso tenía problemas de habla que radicaban en su timidez extrema. Sunghoon ciertamente era muy inteligente, era un niño muy maduro para su edad y usaba la lógica como su arma contra todo en el mundo, pero su timidez evitaba que pudiera mostrar estas cualidades en sus entrevistas de adopción.

El pequeño Sunghoon no tenía amigos, al menos no tenía amigos aparte de Jaeyoon. Y para Jaeyoon, a pesar de ser amigo de todos los niños del orfanato, no existía una compañía más placentera que la de Sunghoon.

Cuando eran niños, les enseñaron la tradición del "Día Blanco", un mes después de San Valentín, las personas que no recibieron flores en el popular día del amor y la amistad recibían chocolates de parte de las personas que las querían. Y al no tener nadie de quién recibir flores, Sunghoon y Jaeyoon resultaron ser dos perfiles de posibles celebrados en este día.

Y a los seis años, Sunghoon y Jaeyoon celebraron juntos su primer día blanco, al sorprendentemente haber coincidido con la idea de regalarle al otro una barra de chocolate.

A medida que los años pasaban, la confianza entre ellos florecía como los árboles de cerezo en la primavera, una amistad cálida como el verano, que hacía que las inseguridades del otro cayeran como las hojas del otoño y los unía lo suficiente para que el calor de sus cuerpos unidos los ayudara a sobrevivir hasta el más frío invierno. Y ambos mantuvieron su tradición de darse chocolates en el día blanco cada año, mientras ambos empezaban a sentir una secreta e intensa curiosidad por el otro, preguntándose cómo sería su relación si fueran más que amigos.

A los 14 años, Sunghoon decidió dar el primer paso para aclarar esa interrogante. Salió temprano para buscar aquellas cosas que el maestro Song les decía eran regalos apropiados para alguien significante: el ramo de flores más hermoso que pudo ensamblar con distintas flores del parque y la barra de chocolate favorita de Jaeyoon. Pero llegó con ambas cosas detrás de su espalda sólo para encontrarse con una pareja joven y elegante ayudando a su amigo a empacar sus cosas, mientras algunos de los consejeros retiraban su placa de la puerta. Vio con pequeñas lágrimas que empezaban a formarse en sus ojos como su peor temor se hacía realidad.

Habían adoptado a Jaeyoon.

— Hoonie —dijo Jaeyoon, también triste—. T-Tengo que irme...

Sunghoon simplemente bajó la mirada, no sabiendo qué decir mientras escuchaba cómo su corazón se rompía en mil pedazos. Jaeyoon se acercó a él, dándole un abrazo fuerte mientras ambos empezaban a llorar, el consejero tomando el ramo de flores de las manos de Sunghoon disimuladamente para que él pudiera corresponderle. Y él lo hizo, abrazándolo con toda la fuerza que tenía en ese momento tan doloroso para él. Jaeyoon se separó lentamente de él, secándose las lágrimas para mostrarle una sonrisa forzada, queriendo que él dejara de llorar. Limpió una lágrima que vió caer de sus ojos con su pulgar, y sorbió por su nariz una última vez antes de tomar su mano.

— Prométeme que no vas a olvidarme— le pidió.

"¿Cómo podría?", pensó Sunghoon. "¿Cómo podría olvidar al amor de mi vida?".

— Lo prometo, tú tampoco me olvides— le pidió él, con la voz hecha un hilo.

Lo que él no sabía es que Jaeyoon se repetía exactamente las mismas preguntas en su cabeza, mientras se alejaba con aquella pareja adinerada que finalmente habían encontrado a un futuro heredero para su compañía.

El tiempo dio muchas vueltas, las cartas que Sunghoon le enviaba a Jaeyoon nunca fueron recibidas por él, ya que sus nuevos padres lo enviaron a estudiar a Australia. Y las cartas que Jaeyoon le enviaba a Sunghoon nunca llegaron, pues el orfanato cerró sólo unos meses después de su adopción. Sunghoon terminó quedando en custodia del gobierno, siendo el único huérfano al que nadie adoptó. Pero para su suerte el entonces cadete Jeon, el oficial de policía encargado de su protección, se encariñó de él lo suficiente para querer volverse su representante legal, llevándolo a casa para que viviera con él.

Sunghoon y Jaeyoon no volvieron a saber de los paraderos del otro, y aunque ambos eran felices de finalmente tener un lugar al que llamar "hogar" con personas que los amaban, seguían preguntándose todos los días qué había sido de la vida del otro.

Hasta que a los 20 años, Jaeyoon, que ahora vivía bajo el nombre de Jake Shim, necesitó de la ayuda de la policía. Y ésta llegó a su recinto con la misma urgencia con la que fue solicitada, con el escuadrón del sargento Jeon y su nuevo recluta, el cadete Park Sunghoon.

white day | jakehoon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora