Una de cal y otra de arena.

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22 de Diciembre:

Cuando las puertas del auditorio se abrieron para dejar paso al que sería el futuro Presidente del Consejo Estudiantil, todos se quedaron en silencio dejando que únicamente, la música que retumbaba por los altavoces intentase hacer sombra a la triunfal aparición de Saga de Géminis acompañado por un impresionante Afrodita de Piscis.

Nadie sabía a quién mirar primero ya que los dos parecían ser la pareja perfecta: Elegantes, atractivos, imponentes y respetables. Uno por ser el máximo representante de los estudiantes en los próximos cuatro años y el otro, el primero que había conseguido cambiar las normas de la escuela lo suficiente como para que el club de teatro consiguiera el acto principal de la fiesta de fin de curso. 

Aún con ello, y a pesar de la belleza indiscutible de Saga, todas las miradas terminaron posándose en su acompañante pues el maquillaje de Afrodita resultaba exquisito, cautivador, realzado por las perfectas ondas de cabello celeste que se balanceaba con cada paso y cayendo en cascada por su espalda y que, con gran resultado, ocultaba el pinganillo con el que contactaría con sus compañeros de organización. Su traje de chaqueta, en raso de color negro y las solapas de pedrería oscura, contrastaba con la camisa medio abierta en tono turquesa que se ceñía a su cuerpo y que a su vez, conjuntaba a la perfección con todos los complementos en el mismo color, ya fueran los pendientes, las pulseras o la manicura de las uñas. Todo, sin olvidar, los zapatos negros de tacón de aguja que aún con ellos, no conseguía igualar la altura de su acompañante.

Una vez se integraron en la multitud, la celebración fue recuperando su aire desenvuelto y divertido; los actos se desarrollaron tal y cómo Saga había previsto gracias al esfuerzo de todos los miembros de los clubes que se habían unido a él ya que no solo el de teatro había contribuido; Shura de Capricornio y presidente del club de artes marciales, finamente había accedido a colaborar a cambio de una tanda de mejoras que pusieron a Géminis contra las cuerdas haciendo que a la hora de la verdad, todo saliera a pedir de boca.

Antes de la media noche, Saga obtuvo de manera oficial su título de la mano del anterior presidente, Shion de la sección de Aries. La noche se llenó de tiernos discursos, despedidas, regalos para los asistentes y un digno espectáculo hasta bien entrada la madrugada ya al día siguiente daban comienzo las vacaciones de Navidad. 

Todos los alumnos disfrutaron de la fiesta, sin parar de acercarse a la magnífica pareja que finalmente dejó de esconder el amor que había entre ellos desde hacía semanas:

- ¡Que se besen, que se besen! – vitorearon en varias ocasiones y Saga, tomando a Afrodita por la cintura, contentó con gusto a sus nuevos seguidores.

Ser el centro de atención en aquella ocasión fue el cúlmine para el líder de Piscis, que había pasado de ser el bicho raro a una persona que todos contemplaban con admiración gracias a los méritos que había ido cosechando en los primeros meses de curso pero sobre todo, gracias a la intervención de Saga aquella tarde en los vestuarios.

***

- No hacía falta que me acompañaras de vuelta al apartamento, Saga.

- Por favor, no podía dejar que mi acompañante volviera solo a su casa ¿Has visto como te miraba todo el mundo?

- ¡Oh, venga! Todo el mundo me mira así a todas horas.

- No cómo esta noche; fíjate, estás guapísimo... creo debería llevarte a los eventos de fuera de la escuela.

Que Saga lo piropease siempre le ruborizaba las mejillas, no porque no se considerase hermoso así mismo sino porque al lado de Géminis, Afrodita creía que quedaba en clara desventaja. Saga no necesitaba maquillaje para enamorar con aquel rostro esculpido por los dioses ni se encontraba condicionado por su constitución para llevar un tipo de ropa u otra; él era el mejor ejemplo de masculinidad y eso, encandilaba los ojos azules del líder de Piscis:

Boys Before RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora