Las cámaras de seguridad.

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El teléfono de Deathmask sonó mientras se estaba lavando los dientes. Sabiendo que era una llamada y no el simple mensaje que esperaba de Afrodita, el chico tardó un poco en contestar. Se tomó su tiempo enjuagándose la boca, en secarse la cara y en avanzar hasta el salón en cuya mesa central, vibraba y sonaba el móvil sin descanso. Al fijarse en el nombre de quien le llamaba, suspiró a la par que se rascaba la nuca:

[ Elyn ]

No le apetecía pasarse horas al teléfono parloteando con la hermana pequeña de Camus, de modo que ralentizó sus movimientos para hacer que la llamada se cortara por sí sola. Adoraba aquella chica, la conocía desde mucho antes de ingresar en Los Elíseos pero costaba horrores hacerla callar una vez iniciaba una conversación así que cuando el teléfono dejó de sonar, dejó escapar una risita burlona.

Sin embargo, agarró el aparato y se sentó en el sofá para verificar que el sueco no le había mandado ningún mensaje. En el momento en que su dedo se posó en la pantalla para desbloquear el terminal, una nueva llamada entrante fue descolgada por error:

- Tsk... ¿Qué quie...? – Empezó a decir el italiano con desgana pero su voz se vio interrumpida la agónica voz de la chica que había al otro lado.


- ...RODITA! JODER, CORRE A POR AFRODI...

Antes de saber cómo acababa la frase, Deathmask salió corriendo del apartamento en dirección al edificio que quedaba detrás del suyo, olvidándose allí las llaves, el móvil y arrepintiéndose de no haber cogido la llamada de la hermana de Camus antes.

"Menudo idiota..." se dijo a así mismo debiendo de haber sospechado que a la hora que era, algo debía de haberle pasado al líder de Piscis.

***

Al girar la esquina, vio como un montón de gente empezaba a juntarse en corrillos en torno a la puerta principal del bloque que unificaba las secciones de Capricornio, Acuario y Piscis. Histérico, esquivó la seguridad que había en la entrada por parte de los líderes de Aries y Tauro para impedir que más alumnos colapsaran el edificio y subió las escaleras dando zancadas, pasando los dos primeros pisos en cuestión de segundos; cuando llegó a Piscis, al menos una decena de alumnos se concentraban frente a una pared.

Los pasos del chico se detuvieron en seco al leer las crueles palabras que había allí escritas, entendiendo entonces la llamada que había recibido: con total seguridad, Afrodita también había leído aquel mensaje y visto las fotografías que había a su alrededor, una marabunta de color azul celeste del mismo tono que su pelo y que, sin lugar a dudas, habría trastocado su autoestima.

Se giró hacia la habitación de su amigo, situada al final del larguísimo pasillo, lo más importante era llegar cuanto antes para evitar que el muchacho volviera a cometer una locura como ocurrió el día de la fiesta de Navidad. No obstante... En el instante en el que Deathmask echó a correr de nuevo, el fortísimo estruendo de un montón de cristales hacerse añicos le destrozó el corazón.

***

Al llegar a su destino, Cáncer trató de abrir moviendo solo el picaporte pero su dueño había echado la llave desde dentro, por lo que le resultó imposible. Forcejeó con la puerta unos segundos, moviendo el pomo con nerviosismo mientras le pedía a su amigo que abriera, nadie contestaba en el interior y ni un solo ruido había vuelto a escucharse. 

El miedo invadió el cuerpo del italiano que sin pensarlo dos veces, se echó a hacia atrás con la intención de destrozar la entrada que le impedía el paso. Violentamente, lanzó una patada contra la cerradura, esta cedió y la puerta se abrió de golpe debido al impulso. Justo después, Deathmask apareció como una tromba en el interior pero allí tan solo reinaba el silencio:

Boys Before RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora