Cap. 26

52 6 0
                                    

Unos segundos más. Unos segundos más y hubiera muerto, pero salí. Mis pulmones rogaban por oxígeno y no se los negué. Logre calmarme, pero pude sentir mis ojos llenos de lágrimas. Me sumergí devuelta en el agua y grité con todas mis fuerzas, para luego salir por más oxígeno. Comencé a golpear la superficie del agua, haciendo que ésta salpicara por todos lados, pero no me importó. Agarré entre mis dedos mi corto cabello y escondí mi cara tras mis brazos, dejando mis lágrimas caer.

Subí a mi habitación y me di una corta ducha. Me vestí y bajé. Estaba por entrar a la cocina cuando escuché una llave entrar en la cerradura. Mis ojos se dirigieron rápidamente hacia un reloj colgado en la pared. 10:50. No podía ser Víctor, ¿verdad?

La puerta se abrió y dejó ver a una pequeña anciana con algo en las manos.

-¡Oh, tú debes ser Lyra! –exclamó, dejando caer el paquete que sostenía y abrazándome antes de que pudiera reaccionar. –Seguro que el despistado de mi hijo se olvidó de decirte que yo iba a venir. ¡Bah! No importa. Me llamo Suzanne, y Víctor es mi hijo. –dijo con una amplia y cálida sonrisa.

-Ho… Hola, Suzanne. Un gusto conocerla.

-Tutéame, por favor, me haces sentir más vieja de lo que soy. –Dijo dirigiéndose a la cocina, devuelta con su paquete en las manos.

La seguí, algo incómoda. Al entrar a la cocina descubrí que lo que había traído era una gran torta de chocolate.

-Espero que te guste. Hubiera cocinado más pero primero quería saber tus alergias, no quería hacerte pasar un mal momento…

-No soy alérgica a nada comestible. –dije sonriendo.

Me dio una porción de torta y me la llevé  a la boca, disfrutando su sabor.

-Está deliciosa, Suzanne.

Una gran sonrisa apareció en su rostro y cortó una porción para ella. Estuvimos hablando un rato. Me hizo pocas preguntas personales, ya que pareció notar que no quería hablar mucho del orfanato, por lo que hablamos de Víctor.

-Era un niño muy vago, nunca quería ir a la escuela. Siempre decía que le dolía la panza –recordó con una sonrisa. –No puedo creer que ahora es todo un hombre…

Ambas escuchamos la puerta abrirse. Víctor se asomó por la puerta de la cocina e hizo una mueca.

-Mamá, te dije que no vinieras.

-Vaya forma de recibir a la mujer que te parió, Víctor.

-No eres bienvenida en esta casa. –Dijo enojado.

-No vine para verte a ti, vine para ver a Lyra.

Víctor la miró fijo, claramente enojado y se fue a su oficina.

Luego de eso, ambas seguimos comiendo en silencio.

-Dime, ¿te gustan las frutillas? –preguntó después de unos minutos.

_________________________________

Gracias, gracias, gracias por +1k leídos!

Espero que les esté gustando. Lo que viene ahora quizás sea un poco aburrido, debido a que tengo que contar cómo va cambiando la vida de Lyra. Después se pone más interesante, lo juro :)

Gracias por leer!

Break Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora