Cap. 5

88 9 1
                                    

Al día siguiente fui a la oficina de la dueña (a la cual llamábamos Señora Roberts) para retirar el material para mis clases. Todos estaban ordenados por edad y por apellido del alumno. Fui hasta la letra S y busqué mi apellido. Smith.
Estaban en bolsas de papel, así que no vi su contenido hasta que llegué a mi habitación. Cuando miré en su interior, me indigné. Habían puesto un pequeño ratón en mi bolsa. Pero no me indigné porque estaba en mis cosas, sino porque deben haber maltratado al pobre ratón. Estaba muy asustado, lo acaricié un poco y le di unas migas del pan del desayuno que estaba por terminar. Se acurrucó en mi mano y se durmió. Busqué una caja donde ponerlo. Le puse un recipiente con agua y algo del pan que me había sobrado.
Cuando abrí la puerta de mi habitación, un grupo de chicos calló al suelo. Habían estado esperando a mi grito de horror. Largué una carcajada. Comencé a caminar y se fueron murmurando. No sabía a dónde me dirigía. Estaba fundida en mi mente. Me sorprendí al chocarme con Aike.
Hice una mueca de dolor. Había recibido un golpe en las costillas, y tenía un gran moretón.
-Lo siento.
-Lyra, ¿cómo estás?-Preguntó amablemente.
Me sorprendí. El día anterior no había sido nada amable, más bien tímido.
Hace mucho no pensaba en cómo me sentía. Simplemente lloraba. De dolor, de tristeza, de impotencia.
-Bien.-Mentí-¿Tú?
Me miró a los ojos y se dio cuenta de que estaba mintiendo.
-Bien.
Había mentido. No sé cómo lo sabía, pero lo había hecho.
No podía reclamarle la verdad, ya que yo tampoco le había dicho cómo me sentía realmente. Tampoco pensaba que fuera a importarle.
-¿Cuántos años tienes?-Preguntó curioso.
-En un tiempo cumpliré catorce. ¿Tú?
-Los cumplí hace unos meses. Eso quiere decir que iremos a clases juntos.
-Genial-respondí. Se sorprendió ante y mi respuesta y me reí.-No creo que pueda soportar a todos esos idiotas sola.
Rió y me pareció ver una chispa de brillo en sus ojos. Hace mucho no reía, era algo evidente.
-Nos vemos, Lyra.-Dijo con una sonrisa y siguió caminando.
Lo observé alejarse y sonreí. No podía explicar cómo me sentía. Pero era algo positivo. Por primera vez en días, las lágrimas no tenían ganas de salir.

Bueno, mepidieronquelasiga...
Loscapítulossonmedioscortos, peromasadelantesevanhaciendomaslargos. PleasedejenmeuncomentarioGraciasporleer!

Break Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora