Cap. 8

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Alarmada, abrí bruscamente la puerta de mi habitación. Todos corrían de un lado al otro, gritando.

Aike llegó enseguida a mi habitación y me empujó para adentro. Cerró la puerta de un portazo.

-No es nada-dijo tratando de que no me asuste.- Sólo un lunático que acaba de llegar. Tiene alucinaciones y convulsiones desde los cuatro años debido a que vio a sus padres morir. Vivió con su abuela hasta ahora, pero falleció la semana pasada.

Una gran ola de pena me invadió. Yo había visto a mi padre morir, pero no había tenido esos efectos en mí. Yo ya sabía cuál era su situación, y sabía que en cualquier momento mi padre iba a irse.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar a mi padre y Aike me abrazó. No dijo nada, y se lo agradecí. Un cálido abrazo era todo lo que necesitaba.

Mientras esperábamos en el comedor para cenar, la dueña del orfanato pidió atención.

-Como sabrán, tenemos un nuevo integrante en el orfanato. Su nombre es Tommy. Él tiene algunos… ataques, como ya habrán visto. Sin embargo, es un chico totalmente capaz y muy agradable. Le agradeceré mucho a la persona que esté dispuesta a mostrarle nuestras instalaciones.

Miró a la multitud, nadie había levantado su mano.

Había un silencio lleno de tensión en el comedor.

-Yo-dije, con voz clara.

-Lyra…-susurró Aike.

Lo ignoré y caminé hacia Tommy. Todos miraban asombrados.

-Hola Tommy, mi nombre es Lyra. Él es mi amigo, Aike. ¿Quieres venir a sentarte con nosotros?

Bajó la mirada y asintió levemente. Le indiqué cual era nuestra mesa y lo acompañé a buscar su comida. Todos lo miraban como si fuera un monstruo.

-Todos son así. Son unos idiotas, malditos prejuiciosos de mierda…-le dije en voz baja.-Lo siento, es sólo que me molestan a mí también, ¿sabes? Y a Aike, mi amigo. Tratamos de ignorarlos. Te aconsejo que hagas lo mismo si no quieres problemas con la Señorita Roberts…

No dijo nada. Fuimos a sentarnos, donde Aike ya estaba comiendo.

-Hola Tommy.

-Hola-dijo en un susurro.

Comimos en silencio, y cuando estábamos por irnos a nuestras habitaciones, me dirigí hacia Tommy.

-Thomas…Thomas, ¿verdad? Sólo quería decirte que puedes hablar con nosotros. No vamos a herirte, ¿sí? Solamente queremos ayudarte. Ambos hemos estado solos y sabemos que no es nada lindo. Debes saber que puedes recurrir a nosotros siempre que quieras, incluso puedes venir conmigo a altas horas de la noche. Estamos aquí, Tommy.

Levanté su pequeño rostro para que mirara mis ojos.

-No estás solo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. Sonrió tristemente y me abrazó con más cariño del que alguna vez alguien lo había hecho.

 ...

Tommy era pequeño, tenía más o menos siete años. Era algo parecido a Aike. Ambos eran delgados, con el pelo oscuro y desordenado. Sus facciones eran parecidas, tranquilamente podrían haber sido hermanos, la única diferencia era que los ojos de Aike eran marrones y los ojos de Tommy eran grises.

Hoy era el primer día de clases de Tommy. Había pasado por mi habitación unos minutos antes de que tenga que entrar.

Cuando abrí la puerta, ahí estaba el pequeño niño, con la cabeza baja y su bolsa con sus cuadernos.

-Hola Tommy. Ven, entra. ¿Está todo bien?

No me contestó. Tomé sus pequeñas manitos entre las mías.

-Tengo miedo-susurró. Apenas pude escucharlo. Las lágrimas corrían por su bello y pálido rostro.

-Thomas, todo estará bien. Te lo prometo. Debes ser fuerte. Aike y yo estamos aquí para ayudarte, ¿sí? Y si alguien te lastima, se las verá con nosotros-dije bromeando. Rió y me miró.

-Lyra…quería pedirte si…podías acompañarme…

-Claro que sí. Vamos, pequeñín. Se nos hará tarde.

Salimos de mi habitación, fingiendo estar listos. Ninguno de los dos lo estaba. Tomó mi mano. Levantó su pequeña cabecita y me sonrió.

Fuimos caminando de la mano hasta su aula. Me agaché para quedar a su altura y lo abracé.

-Se fuerte, Tommy. Te veré a la salida, ¿sí?

Asintió levemente y entró a su aula. Suspiré y me dirigí hacia la mía.

 Espero que les guste. Cuentenme en los comentarios por favor <3

Gracias por leer!

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