Cap. 28

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El tiempo pasó extremadamente lento mientras me preparaba para ir a la escuela.

-Niña, ¿estás lista? -gritó Víctor desde abajo.

-Casi. -contesté.

Preparé lo último que me faltaba y comencé a bajar las escaleras con mi mochila al hombro. Cuando bajé, vi que Suzanne estaba hablando con Víctor.

-Ay, Lyra, ¿por qué andas vestida toda de negro? -preguntó la anciana al ver mis jeans, mi remera, mis zapatillas y mi mochila del mismo color oscuro.

-Parece ser el único color que le queda bien. -Dijo Víctor.

-Cállate, estúpido. -Contestó su madre.

Sin decir palabra, salí de la casa para subirme al auto.

...

-Alumnos, tenemos una nueva compañera. -Dijo el profesor Jackson, de Geografía, refiriéndose a mí. -Su nombre es Lyra. Espero que le den una cálida bienvenida. Ahora, abran sus cuadernos y escriban la fecha de hoy; cinco de Mayo.

Mierda. Mi cumpleaños había sido hace exactamente cuatro días. Le resté importancia y traté de enfocarme en la clase. Como en el orfanato, seguía siendo la que más entendía, por lo que usé la mayoría de mi tiempo para garabatear en mi cuaderno.

Durante toda la clase, nadie me habló. Al moverme para cambiar de posición, mi lápiz calló al suelo, alejándose de mí.

-Aike... -Susurré para pedirle mi lápiz. Al darme cuenta de que no estaba ahí, me quedé paralizada, mirando a la nada. Mi boca estaba entreabierta y mi respiración era débil. Noté que algunos me miraban y me percaté de mi rostro húmedo por las lágrimas que no había sentido salir.

El profesor Jackson se acercó a mí con cariño y puso su mano en mi hombro.

-Lyra, ¿quieres salir un rato? -preguntó en un susurro. Asentí lentamente y saqué una de las fotografías con mis amigos de mi mochila, me sequé un poco las lágrimas y salí del aula. Sin darme cuenta llegué al baño de damas, por lo que entré. Al notar que estaba vacío comencé a llorar. Miré la foto y recordé una canción de Ed Sheeran, la cual empecé a cantar en mi mente tratando de calmarme.

"We keep this love in a photograph... we make this memories for ourselves..."

Mi voz comenzó a escucharse, lenta y tímidamente.

"Where our eyes are never closing, hearts are never broken, and time's forever frozen still."

Escuché unos pasos en el pasillo y me avergoncé. ¿Y si me habían escuchado? Nunca había cantado para nadie, más que para mí y para mi padre. Él juraba que le encantaba escuchar mi voz, pero probablemente solo mentía. Descarté la idea de seguir cantando y salí del baño. Volví al aula y guardé la fotografía, tratando de ignorar las miradas de los demás alumnos. Luego de terminar algo de tarea que nos había dado el profesor, comencé a dibujar para despejar mi mente, y además porque el resto no había terminado los ejercicios. Luego de esa clase teníamos quince minutos hasta la próxima. Miré mi horario y vi que luego tenía Historia. No era una materia que me volviera loca, pero la soportaba.

-Lyra, me gustaría hablar contigo al final de la clase, si no es molestia. -Me dijo el profesor.

Asentí levemente y seguí dibujando.

Al terminar la clase, me quedé sentada en mi asiento. Una vez que todos salieron, miré a mi profesor.

-Veo que eres muy buena dibujando, ¿te molestaría si veo tus dibujos?

Como respuesta, acerqué mi cuaderno lleno de dibujos a su escritorio, aunque me arrepentí inmediatamente, ya que mis últimos dibujos no eran muy alegres. Esperé unos segundos hasta que terminó de verlos y me lo devolvió.

-Lyra, ¿vas al psicólogo? -preguntó de repente.

Negué con la cabeza.

-Bueno, aquí tienes uno. Ven a verme después de la escuela. -Dicho esto, se levantó de su asiento y me dejó con una habitación vacía.

-S


Break Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora