2. Oasis [Chrisberry] (TERMINADA)

Capitulo Cuatro. Salvaje.

Dylan
Los días pasaban y nos juntábamos cada que el otro podía, pasábamos más tiempo juntos y conociéndonos también. En la universidad mucho no había cambiado, había conocido a Leslie, su prima era una Omega risueña y alegre, era muy agradable.

Así que ella se volvió una buena amiga mía en poco tiempo, los amigos de Cody por otro lado mantenían su espacio, Leslie me los había presentado un día cuando le entregue al Alfa un pendrive con mi parte del informe, también eran agradables. 

Estaba sentado en las gradas con un lápiz en mi mano cuando él Alfa se acercó a mí, decepcionó a mí Omega interior al no sentir el aroma dominante y dulce que traía siempre, en vez de eso traía consigo un olor más industrial, era el jabón. Había salido de la ducha, su cabello estaba húmedo y pequeñas gotas caían por este, lo observe con media sonrisa y se llevó el cabello hacia atrás, estaba largo. Tenía un muy buen corte.

—Tengo que buscar a mi hermana menor y mis sobrinas de la escuela, ¿te molesta? —negué.

—Para nada, eres tú el dueño del móvil —le recordé.

Asintió, me levanté de las gradas y lo seguí hasta el estacionamiento en donde se encontraba la camioneta, entramos a esta y apenas cerré la puerta el aroma dulce y agradable, era como el pan dulce recién hecho de Navidad.

El aroma a uno o muchos cachorros, sonreí un poco y miré hacia la ventana.

Observe todo a mi alrededor como si fuera desconocido o extraño, aun no me acostumbraba a la ciudad. Después de todo, casi toda mi vida en el bosque, las únicas veces que me había atrevido a salir de él antes de la universidad fueron para ir a la estación de autobuses para llevar a Lobos recién llegados a la manada y podía contar con los dedos—solo habían sido cinco—.

Así que muchas cosas eran nuevas para mí, poco a poco dejábamos que la ciudad nos modernizara, pero no perdíamos jamás nuestra verdadera naturaleza. 

Por ello éramos llamados Salvajes, pocas comunidades—manadas—, tenían o vivían en las mismas tradiciones que nosotros, éramos llamados extraños por nuestra forma de vivir. Encerrados en el bosque y llevándonos bien con él, sin necesidad real de vivir otra vida que estuviera fuera del contacto de la verdadera naturaleza.

También nos cazaron un tiempo por ello. La sociedad había aprendido a valorarnos y respetarnos, habían dejado de vernos como objetos o en el caso de los Omega Varones; como trofeos ya que éramos más fértiles que un Omega de sociedad y los decesos de un Omega sea varón o mujer al dar a luz eran menores. No es jamás imposible perder a una madre cuando da a luz, incluso para nosotros, pero que no sucediera con tanta frecuencia hacía que la sociedad nos viera con más valor que los demás. Por eso nos alejabamos de la ciudad y establecimos límites entre la ciudad y el bosque.

Una de las razones por las cuales hay cada vez menos manadas como Oasis. Quisieron exterminarnos, casi lo lograron, pero aún seguíamos aquí. 

Y aunque algunos aún trataban de controlar a las manadas, intentando comprarnos o cambiarlos por algo mejor. Nadie puede ser controlado por tanto tiempo. 

El bosque es nuestra forma de protegernos, proteger a cada Lobo que existe, incluso cuando muchos han olvidado cómo transformarse incluso.