2. Oasis [Chrisberry] (TERMINADA)

Capitulo Seis. Alfa Cachorro.

Cody

La otra vez en el parque los niños jugaron por cuatro horas antes de que todos los cachorros de la manada Oasis estuvieron cansados, se amontonaron sobre unas mantas, estuvieron durmiendo y ronroneando. Mis sobrinos, primos y mi hermana los observaban desde los columpios, tuve que gruñirle a un par de Alfas al llegar a la casa no paraban de preguntar porque eran tan raros.

Así que estuve de mal humor todo el fin de semana, de tanto estar gruñendo y regañando a los cachorros Alfa recibí algunos regaños de las madres de todos diciendo que era un insensible con los cachorros, y me transforme en lobo antes de que pudiera lastimar a alguien.

Por supuesto que nadie me preguntó porque carajos le estaba gruñendo a todo el mundo.

Y esta mañana todo fue aún peor, el horrible olor de todas las Omegas, enojadas, confundidas, exhaustas, mas enojadas aun y el debate en el primer piso hizo que Cassie saltara por la ventana y que yo rompiera uno de los lavabos, así que el segundo piso de la casa casi se había llenado de agua.

Asi que queria alejarme de toda la locura que era la manada ahora mismo, mi mama me habia mandado mensajes, diciendo que las Omegas estaban disculpándose y que sus Alfas querían hablar conmigo, y me negué rotundamente, podría haber un enfrentamiento con mi Lobo y los demás. Quien estaba sediento de sangre y no lastimara a un Omega asi que decidi que todos se debatieron en la casa mientras yo no estaba y que solo hablaría con una Omega, no podía soportar el olor falso a arrepentimiento.

Porque las palabras hirientes de cada Omega tenían peso. Y todos lo sabían.

Gruñi provocando que todos retrocedieran o se alejaran de mí.

Me siento al lado de Dylan, lo veo escribir y borrar una y otra vez. Hasta que se queja de que ha hecho aquello toda la mañana y que no ha avanzado demasiado.

—Esto de llevar las cuentas de esta semana, calcular lo que falta, los cachorros en invierno — gruñido, suspire, levantó la cabeza y volteo a verme —¿Que te pasa a ti?

—Es olfato tuyo me sorprende tanto como me confunde —sonríe —Fue un fin de semana frustrante, fui atacado por cinco madres Omega que decían que era un Alfa deserebrado e inutil, solo porque le gruñí a sus cachorros —elevo las cejas —Cachorros desde los doce a catorce años

—¿Por qué?

—Porque son unos tontos

—Domesticado —asenti, guardo sus cosas rápido, lo mire confundido —Ven conmigo

Fruncí el ceño pero lo seguí, guardo sus cosas y nos levantamos de la mesa, lo seguí fuera del lugar, las voces me agotaban demasiado. Caminamos hasta los árboles, casi llegando al parque que estaba vacío por el horario escolar.

Cuando llegamos hasta uno de los árboles él se sentó, lo miré confundido, señaló el lugar al lado suyo y pensando seriamente en que ya lo había seguido hasta aquí y no tenía más remedio que aceptar, me senté al lado suyo.

Al estar allí me di cuenta de dos cosas, uno; no tenía la menor idea de lo que hacía, dos; no tenía la menor idea de lo que hacía. Hice una mueca y lo observe, tenía el rostro relajado y los ojos cerrados. Me rasque la cabeza confundido.

—Dylan... —él hizo un ruido, haciéndome saber que prestaba atención —No entiendo que estas haciendo —abrió un ojo y me dio una leve sonrisa.

—Cierra los ojos, apaga tu cerebro, agudiza los oídos, olfatea el aire y siente todo a tu alrededor

—¿Eres algún tipo de Lobo hippie o algo así? vas a decirme todo eso de las vibras y auras, de los colores y todo eso —movió la cabeza al ritmo de una inexistente canción, fruncí el ceño