Erwin Smith sonrió cuando vio a Evergarden sentada en una de aquellas viejas bancas admirando un retrato de Jesús. — Supuse que estarías aquí —le saludo sentándose a lado de ella— hace apenas dos meses parecías otra persona completamente diferente y ahora pareces un humano, incluso vienes a la iglesia los domingos.
— He leído bastante pero aún así me cuestiono todo, el padre de la iglesia a sido amable y me ha explicado cada cosa —le mostró la biblia que tenía en manos con pequeñas notas que hacía ella misma— es... interesante todas estas historias, si una persona puede convertir el agua en vino creo que solucionaríamos el hambre que existe en las murallas.
— Sí, es lo extraño de Dios... tiene tanto y no lo da, bastante extraño —comentó pensativo a causa del canto que había iniciado en el coro de la iglesia— con razón estabas muy interesada en el aleluya.
— Entendí que es un aleluya, ver a Levi de una manera distinta... me hizo sentirlo.
— ¿Eso significa?
— Creo que estoy enamorada del capitán Levi.
Smith se conmovió, recuerda aquella mirada perdida viéndole fijamente y cabello alborotado, dispuesta a sacrificarse para sus altos mandos, siendo un asesina sin ninguna clase de remordimiento y ahora pareciera una niña pequeña demostrando por primera vez amor.
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— Que rápido creciste... Violeta.
— ¿Por qué siempre me ha dicho así? —se sonroja un poco a causa de la vergüenza— ¿No le gusta mi nombre?
Suelta una pequeña risa. —Porque apenas eres una pequeña niña, Violeta suena bastante bien para mí.
Ambos amigos se sonrieron abiertamente.
— Gracias por haberme dado una oportunidad —hace una leve reverencia con su cabeza— no me abandonó como muchos otros y eso es algo que nunca podré pagarle.
— No tienes que pagarme nada, con que vivas como tú quieras seré recompensado.
Violet observa su rostro sereno, le sonríe de manera sincera.
Como un padre a su hija.
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Violet admira que alto es y como le cuesta verle un poco a los ojos a causa de ello, su piel tiene un brillo natural al igual que el azul de sus ojos.
— Violeta —le llama extendiéndole la mano.
El canto majestuoso de la iglesia se alineó a toda la escena, los cristales de distintos colores iluminaron a Erwin, aleluya resonó por todo el lugar. Amor de familia inundó el corazón de la rubia haciéndola sentir calidez por todo su cuerpo.
La protagonista extendió su mano para poder tomar la del contrario.
El aire golpeó su rostro.
El sol por un momento se apagó.
Todo fue oscuridad.
— Violet...a-
Sus ojos captaron nuevamente la escena.
— Erwin —le llamó tratando de extender aún más su brazo.
Ambos tendidos en el suelo, sangrando.
— No, por favor —rogó escuchando los gritos de fondo— Erwin.
El polvo se alzó cubriéndolos por completo, los gritos cesaron por solo una milésima de segundo, Violet se arrastró para poder alcanzarlo, tomándole de la mano.
— Cuida de Levi —le dice en voz baja, la sangre no deja de caer ensuciando el pasto— te necesitará.
— Por favor —dejó caer su frente en el regazo de él, soltó lágrimas gruesas— intercambiaría mi vida por la tuya.
El viento sopló llevándose sus palabras.
Quizá, alguien podría escucharla.
n/a: espero se entiendan estos saltos de tiempo, los imagino y quedan espectaculares en mi mente jajaj.
