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Ambos están de pie sobre la muralla, Violet hace una pequeña reverencia inclinando su cuerpo hacia adelante en forma de agradecimiento por haberla ido a buscar.
— Gracias Levi —le sonrió amablemente— fue un gusto poder estar contigo esta mañana.
— El gusto ha sido mío, debo retirarme de inmediato, Erwin ha solicitado regresar a la sede mientras sano y poner orden al lugar —suspiro con desgano— ¿Te encuentras mejor?
Violet sonrió amablemente, pareciera que con el azabache es imposible no hacerlo, sus mejillas se elevan hacia arriba sin poder evitarlo, — Estaré mejor en un par de días —contestó tratando de que su voz no saliera más opaca de lo normal. Cada parte de su cuerpo dolía, la fiebre comenzaba a cortar cada parte de su anatomía haciéndola sentir débil, rodillas temblorosas y corazón golpeando de la manera más débil jugando con un mareo, pareciera que la muerte estaba enamorada de ella y su situación como para martirizarla por cada vida que no se llevó — es mejor que corra para darle la buena nueva a Petra cuando regrese del rescate de los demás, retírese del combate capitán, ya cumplió con su deber.
— Gracias por tus consejos... Violet —dio media vuelta accionando su equipo de maniobras para retirarse dejando un rastro de humo en su ausencia.
Las piernas de la más alta no aguantaron más, se dejó caer dispuesta a recibir el impacto en las rodillas mientras comenzaba a toser, sangre ensuciando sus labios, mentón y el suelo, dolor ardiente en los pulmones y un corazón exigiendo más oxígeno pero Luciferla tomó de los hombros impidiendo de una caída dolorosa. — ¡Tienes que respirar! —el albino grito tratando de hacerla reaccionar, grandes respiraciones que duelen, inhala y exhala de manera larga pero aún así el aire no logra llegar a su sistema provocando que su vista comience a nublarse— Violet, tranquilízate —la voz suena lejana, casi en un murmuro pero el rostro del diablo es todo lo contrario... gritos pidiendo que escupa toda la sangre que le esté impidiendo tomar aire. Coágulos saliendo de su boca logrando el paso del aire, una nueva respiración y por fin el oxígeno pasó a sus dolorosos pulmones— muy bien, muy bien.
La ayudó a sentarse.
— Si cancelas el trato te dejaré libre y regresaremos al día que inicio todo.
Una propuesta piadosa por parte de un juez.
— He llegado muy lejos como para renunciar —alzó su mirada hacia él— queda poco tiempo.
— ¡Tan si quiera piénsalo un poco! —regaño levantándose de golpe con furia— ¿No lo ves Violet?, este es el día en que secuestran a Eren, ¡Estás cerca de tu muerte!
— De hecho ahí vienen —señaló lo evidente al ver los caballos acercarse, se recostó mirando hacia el cielo y ver las nubes pasar— ¿Así de hermoso es donde vivías?
— Lo es mucho más.
— No pienses que menosprecio tu preocupación y tus buenas intenciones, de hecho las valoro mucho pero... yo hice esto por Levi, este es mi castigo por amar demasiado.
— Rezaré por ti Violet, por tu enfermedad y por los dos...
Violet parpadeó lentamente escuchando los caballos acercarse, viendo las aves pasar y ver que las nubes comenzaron a tener formas.
— Esa parece un caballo —comentó alzando su mano para "tocarlo".
El humo comenzó alzarse lentamente llevándose aquella figura, el sol comenzó avanzar al igual que el tiempo y la situación empeoró, el cielo que vio con Levi comenzaba a tomar un atardecer lleno de sangre, olor a lágrimas y sudor.
— ¡Eren! —ese grito era de Mikasa, ella gritaba por su amado.
El ruido comenzó hacerse más fuerte y el olor a sangre ya inundaba todo el lugar. — ¡Violet, tienes que levantarte y pelear! —Lucifer la sacudía con desesperación, le miraba desde arriba, su cabello blanco estaba despeinado y una fina capa de sudor recorría su frente— ¡Violet!
Se concentró en aquellos ojos azules transparentes como el mar, se vio así misma reflejada en ellos.
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Pero por un momento en aquel reflejo... cambió su apariencia a una mujer de cabellos cafés.
— ¡Pelea! –ordenó jalándola hacia arriba motivándola a seguir en medio del caos. Eso fue suficiente como para tomar impulso corriendo hacia el titán acorazado tomando sus cuchillas y accionando el equipo de maniobras.
— ¡Violet!
Aquella mirada suplicante de ojos verdes le extendió su mano, una mirada llena de amor y devoción. Esta vez no tendría miedo, tomo su mano con fuerza jalándola hacia ella para poder alejarse de aquella feroz batalla.
— Busca a Mikasa y huyan... —susurro buscando su mirada— estaré bien. Tengo que buscar al comandante.
Ni siquiera espero una respuesta, se marcho perfectamente sabiendo a dónde dirigirse.
— Violet-a, ¿Estas bien?
— Eso es lo que debería preguntar yo.
Se agachó para poder tomarlo de la cintura y cargarlo, evidentemente sabía de su extremidad perdida, ambos se detuvieron a ver el atardecer.
— Eres tan distinta pero a la vez tan tu, te creo que no seas la misma desde ese día pero dime... ¿Algo bueno se avecina?
