Capítulo 17

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Capítulo 17 | Te tengo

Violet comenzaba a enfermarse cada día más.

— ¿Qué es lo que tengo? —le preguntó a Lucifer mientras ordenaba el papeleo de la oficina de Levi, el albino desvió la mirada con un poco de pena mientras caminaba por toda la habitación tratando de evitar aquella pregunta— por favor, no diré nada.

— Aún no descubren esta enfermedad, los de tu tiempo están atrasados aún, simplemente es gripe dicen ustedes —suspiro derrotado deteniéndose— tuberculosis, a mi amiga le apareció prudente dicha enfermedad ya que es lenta y dolorosa, cada vida salvada tiene un precio —tomó un libro del gabinete para poder hojearlo y en el proceso poder ignorarla por completo— demasiado alto.

— ¿Por qué Dios hizo a los titanes? —esta vez pregunto triste e impotente.

— Dudo mucho que Dios hiciera a los titanes.

Una tercera voz interrumpió, Levi se encontraba en el marco de la puerta viéndole con una mirada extraña mientras traía dos tazas de té en ambas manos.

— Es en agradecimiento por la flor —se adelantó a decir mientras alzaba las tazas, té hirviendo reposaba en ellas. Violet observó como ligeramente se alzó su mejilla tratando de sonreírle— no sabía que prepararte, café o té pero termine decidiendo té.

— Jamás he probado ninguno.

El albino giró nuevamente hacia el libro ignorando la escena frente a él, la rubia aceptó gustosa la taza que su capitán le ofrecía.

— ¿Jamás? —preguntó con sorpresa acercándose para poder extenderle el objeto, hasta ese momento notó lo alta que ella es— eso sí que es nuevo, siempre espero que termine el día para poder tomar una taza de caliente de té.

— Jamás –volvió a afirmar bebiendo— ¡Que delicia, esto es lo mejor que he probado en toda mi vida!

— Jamás –volvió a afirmar bebiendo— ¡Que delicia, esto es lo mejor que he probado en toda mi vida!

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— ¿De dónde vienes? Casualmente siempre que pregunto por ti, Erwin evita el tema. Hace un par de días eras una persona completamente distinta y en aquella expedición... eres otra.

— No sé de dónde vengo y no pertenezco a ningún lado, no tenía amigos ni familiares como le había mencionado. Uno de los entrenadores de academia me encontró cuando estaba apunto de morir y cuando él jamás regresó, me quede ahí, fui entrenada como cualquier soldado durante muchos años. Fui criada para ser un arma para los altos mandos hasta que... conocí a alguien —bebió té un momento— y estoy aquí, tratando de ser la mejor versión de mi misma.

— Debió ser bastante difícil —murmuró.

— Al final del día tuve recompensas, estar sentada frente a usted es una de ellas, gracias por el té.

— Eres la primera persona que le hago un té, eso también debe ser secreto —advierte con una pizca de diversión— supongo que también podré guardar el hecho de que jamás lo habías probado.

ハレルヤ | 𝒜𝓁𝑒𝓁𝓊𝓎𝒶,  𝐿𝑒𝓋𝒾 𝒜𝒸𝓀𝑒𝓇𝓂𝒶𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora