Capítulo 16

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Capítulo 16 | Secretos

— ¡Señorita Evergarden!

Una grito agitado la hizo detenerse de golpe, por aquel angosto pasillo alguien corría hacia ella con
desespero. — Eren —respondió dándole una sonrisa pero un gran abrazo recibió en respuesta, a pesar de que ella es más alta que él... se sentía tan enorme esa muestra de afecto— ¿Estas bien?

— ¡Yo debería preguntar eso! —exclamó separándose de ella, su rostro preocupado examinó todo el rostro y cuerpo de la rubia, la tomó de los hombros— Hanji dijo que estabas enferma.

— Estoy mejorando —sonrió levemente. Hoy era el día en que también el joven titán se acercaría lentamente a ella con una pizca de valor... quizá unas cosas no cambian— gracias por no haberme dejado atrás.

Él se sonroja violentamente.

— ¿Le ayudo con eso? —señala la escoba que está en su mano, antes de que Violet pueda contestar Eren toma el presente y lo carga— no tiene que agradecer, lo haría sin dudarlo las veces que sean necesarias.

Gracias Eren —sonríe levemente comenzando a caminar seguida del castaño, ambos pasos se escuchan por el pasillo, pies provocando un tintineo agradable para ambos como si se tratara de un juego, ambos aún se sonríen a escondidas— ¿Tienes alguna idea de quien pueda ser el titán hembra?

— Armin tiene una idea pero nada seguro, el escuadrón de Levi nos ayudará a una emboscada y estoy feliz de que usted al menos estará a salvo.

— Creí que estabas con mi escuadrón armando un plan junto con Armin —una voz los hace girar a ambos. Levi sostiene un par de papeles— al parecer tienes bastante tiempo como para venir a interrumpir a mi cadete.

— Le pedí que me ayudara —interrumpe la rubia a tiempo tomando del hombro al castaño— ya puedes irte Eren, gracias.

Asiente entregando la escoba a Violet para así marcharse por el mismo pasillo dejando que ambos caminen al despacho del azabache. — Yo firmo mientras tu sellas, me acompañaras a dejar dichas cartas por toda la ciudad —añade sentándose detrás de su gran escritorio— ¿Algún comentario?

— Le traje un regalo —enseña el utensilio de limpieza— supuse que le haría falta.

— ¿Por qué llegaste a esa suposición? —se levantó aceptando el presente sin chistar provocando una sonrisa en la rubia. "Simple corazonada" responde tomando asiento frente a él para poder tomar cada uno de los papeles sueltos que ha dejado el de mayor rango— Erwin ha mencionado que has estado extraña, sin embargo, no hemos coincidido para saber tu comportamiento habitual. ¿Sucede algo?

— Creo que la religión que he seguido me ha engañado y... es extraño —selló un papel— nacimos enfermos creyendo mentiras.

— ¿Me confesarás tus pescados? —burló— ¿De donde vienes soldado y por qué eres tan extraña?

— No poseo una familia, señor y ni a alguien que llore mi muerte —no le miro— si le confieso mi más grande pecado me dirá que enloquecí.

— Soy bueno guardando secretos.

Sus ojos azul rey se alzaron para poder conectar con aquellos grises, se sintió como un deja vu.
— Sacrifique todo con el diablo —le murmura en voz baja, un débil secreto.

— ¿Y por qué harías eso? —le contesta nuevamente en un susurro— estarías loca para hacer eso. ¿No tienes miedo?

¿Miedo? —le respondió casi riendo— claro que tengo miedo pero me hago valiente por la razón de mi sacrificio.

— ¿Me dirías la razón?

Sí lo digo no podrías guardar el secreto —soltó una pequeña risa— todo estará bien Levi.

El azabache se sorprendió por como le llamó pero no le molestó en lo absoluto, simplemente decidió mejor no contestar y fingir que no escucho aquello, estaba más concentrado en disfrutar el juego de susurros que había iniciado.

— ¿Y cómo es él? ¿Es tan malo como dicen?

Realmente no, tiene ojos de ángel y no es tan diablo como dicen.

Levi realmente estaba interesado en esta conversación. — Será nuestro secreto, pecadora —se levantó de su asiento— es hora de entregar dichas cartas a las familias que tuvieron perdidas.

En otro tiempo ambos estarían despidiéndose de Petra.

— ¿Usted tiene secretos? —le siguió por detrás cuando él salió del despacho— ¿Algo que quiera contar?

— No me gusta hablar de ello.

— Moriré, me lo llevaré a la tumba —contestó restándole importancia.

— No digas eso —la detuvo— tu vida es valiosa como todos los soldados que tengo a mi cargo.

Gracias capitán.

— Me gusta que me regalen flores —confesó dándole la espalda, una de las razones por las cuales su pierna no mejoró fue por esta labor de entregar cartas a los fallecidos y eso es algo de lo cual la rubia apenas se ha dado cuenta— nunca me han regalo pero supongo que ha de ser bello.

Ambos caminan fuera de la sede cargando un monto de cartas cada uno, la rubia sonríe de lado cuando ve un camino de margaritas, esta vez haría las cosas bien. Arrancó una pata después tocar el hombro de Levi, — Le regalo una margarita —anuncia sonriendo abiertamente— esta flor es un buen augurio, un nuevo comienzo.

El azabache la acepta dudoso.

— Secreto guardado —promete comenzando a caminar.

— Eres tan extraña aún para mi, Violet

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— Eres tan extraña aún para mi, Violet.









n/a: No era mentira cuando les decía que esta historia me es compleja desde que Violet debe entender que personas que se fueron caminan junto a ella, comparación entre su primera vida y esta, la cercanía que ahora tendrán poco a poco Levi y Violet, prometo que iré más rápido.

ハレルヤ | 𝒜𝓁𝑒𝓁𝓊𝓎𝒶,  𝐿𝑒𝓋𝒾 𝒜𝒸𝓀𝑒𝓇𝓂𝒶𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora