ハレルヤ | 𝒜𝓁𝑒𝓁𝓊𝓎𝒶, 𝐿𝑒𝓋𝒾 𝒜𝒸𝓀𝑒𝓇𝓂𝒶𝓃

Epílogo

Lilith y Lucifer eran un extraño concepto de amor para todos Los Ángeles y arcángeles que habitaban en el paraíso, incluso su padre se preguntó mucho tiempo por el cómo coincidieron esos dos seres pero nunca halló la respuesta.

Pero sí entendió algo, el amor es algo que ni siquiera él puede controlar o superar, esa enseñanza le dejo su hijo al aceptar su castigo y el sacrificio de Lilith por él.

— ¡Tienes que hacerlo!

Levi observa como Violet corre hacia él con desesperación, el vendaje sucio de su rostro a causa de perder un ojo le hace ver que han llegado demasiado lejos, juntos. El nuevo traje de la legión hace que ella se vea más linda y ese es el único pensamiento que puede tener aunque sea el momento menos indicado.

— ¡Debes cortarle la cabeza a Zeke! —ella finalmente llega hasta él, le toma del rostro con sumo cuidado y le sonríe— tienes que hacerlo tú. Yo me quedaré aquí.

Ambos viéndose fijamente, Levi por fin tiene su momento de quiebre y por un segundo, el mundo parece detenerse. Todos se han ido, incluso Hanji se ha marchado y solo ambos se tienen entre sí.

— ¿Estarás bien? —le pregunta en un murmuró, ella asiente— no quiero separarme de ti.

— Estaré bien —promete tomándole de las manos con cuidado. Ambos han perdido cosas, Violet su ojo derecho por la explosión de aquella lanza relámpago, Levi por tratar de cubrirla perdió más que solo un ojo— acaba con esto, Eren no puede seguir haciéndolo. Convence a Mikasa, yo apoyaré con los titanes.

Levi se acerca para poder besarla con desesperación.

— ¿Crees que él pueda ayudarnos? —pregunta en medio del beso— ¿Qué él nos asegure que todo estará bien?

Violet ríe como una pequeña niña.

— ¿No lo has visto Levi?, hemos estado bien.

Levi Ackerman no puede evitar sonreír ante esa respuesta, claro que todo estaba bien, ambos habían sobrevivido al ataque del titán hembra, al primer ataque del titán bestia y a las pérdidas que vinieron después. Incluso vivieron juntos, durmieron en la misma cama y compartieron la misma mesa durante los cuatro años en que ambos vieron el mar. — Está fría — expresó Violet cuando tocó el agua con sus pies descalzos— y extrañamente cambió la temperatura al acercarnos —Levi la tomó por los hombros expresando que no era seguro, que podía estar sucia o tener alguna bacteria extraña.

El azabache asintió lentamente y junto su frente con la de su mujer.

— Volveré por ti. —prometió antes de cumplir su única misión— no te vayas a ningún lado sin mi.

Violet asiente tiernamente mientras se separa y palmea el hombro del contrario.

— Ve por ellos.

El tiempo pasó desde aquel día que recuperaron la muralla, los días eran preciosos y los amaneceres eran extraordinarios cada vez que abrían los ojos y se veían uno al otro, el paraíso en realidad era aquí y el ahora, tomándose de la mano y saber que estaban ahí. Violet sonrió ampliamente una mañana y juro que ambos envejecerían juntos logrando sonrojar a Levi por completo.

Al parecer Violet era un humano que soñaba en voz alta y Levi se sonrojaba por ello.

Sonreía de una manera hermosa en el jardín que ambos habían sembrado y cuidado durante estos cuatro años, como siempre Levi se encontraba observándola... digamos que era su manera de decir te tengo. — ¿Qué significa besar? —preguntó un día ella sonrojándose— Eren me besó y no sabría decir que significa ese término.

— ¿Eren qué? —Acto seguido la beso con ternura. — besar significa muchas cosas para mi es un... estoy aquí, a tu lado.

— ¿Te amo, quizá?

Levi corrió inmediatamente con ese recuerdo en su mente para por fin cortar aquella cabeza. Tan lejos corrió desde aquel día, tan lejos sus cansadas piernas llegaron en el aquí y en el ahora. ¡Y no podría estar más agradecido!

Violet corrió hacia él para poder amortiguar su caída por la pérdida de una extremidad. Todo fue silencio unos segundos, todo se detuvo.

— Lo logramos —murmuró ella con lágrimas en los ojos— lo logramos Levi, lo logramos... —repite sin poder creerlo.

Levi le toma de la mano para saber que esto es real y no está muerto.

Sus ojos captan algo a lo lejos.

— Mira... cariño.

Aquellas personas que Violet se esforzó por traer en una vida, estaban delante de ella, su padre le sonreía de manera calmada al igual que su mejor amiga, Petra.

Le sonreían abiertamente.

— ¡Gracias! —se dirigió a todos ellos haciendo una reverencia— por formar el ser humano en que me convertí, en darme a la persona que me sacó de esa obscuridad y gracias por demostrarme en dos vidas que me amaron... ¡Adiós!

Levi sonrió ante tales palabras y entregó su corazón hacia ellos.

Al final del día, Dios no era tan cruel, era un poco sordo, aveces volteaba la mirada hacia otro lado. Pero... ¿Cómo humanos no hacemos lo mismo?, quizá la maldición de Levi y Violet era perder todo pero su recompensa era estar uno a lado del otro.

Así como la muerte y el diablo.

La muerte enamorada de la vida, y el diablo siendo no tan diablo.  Ambos juntos pero sin el poder de tocarse, siendo temidos por muchos pero si miras muy bien...

Hay un poco de ellos en los humanos que fueron creados con tanto amor.

— Tengo que ir a la iglesia a rezar pronto —anuncia Violet cargando a Levi sobre su espalda— me gustaría contarle algo a Lucifer.

— ¿Qué le contarás?

— Que hiciste las pases con Dios.