STUCK [JAYWON/JAKEHOON] [OMEGAVERSE]

18

~Capítulo bien pinche largo con escenas violentas, leer bajo su propia responsabilidad. ~

—¿Llegaste?

Sunghoon rio mientras hacía la cola detrás del semáforo. El cielo estaba coloreado de gris y amenazando con una tormenta de verano. Esa era la tercera llamada de Jake desde que había salido a hacer un par de compras por aquí y por allá y el alfa simplemente seguía sonando igual de inquieto. —Pronto, en un semáforo más.

—¿Qué te he dicho de tomar llamadas al volante?— lloriqueó el alfa.

Él hizo un sonidito de negación, acomodando su antebrazo en la puerta para apoyar su cabeza. —Era eso o no contestarle a mi preocupado alfa.— recriminó y escuchó a su alfa refunfuñar al otro lado de la línea.

—Culpa al torbellino de testosterona que me sacudió anoche por hacerme sentir tan intranquilo.

—Oh, por supuesto que no culparé nada. Estoy seguro de que cuidar de tu celo me puso de buen humor.— admitió ronroneando.

El lazo vibró alegremente, ambos estaban de acuerdo con aquello.

—Nos puso de buen humor, cariño.— concordó en un suspiro enamorado que hizo al omega reír. —Solo me preocupé, ya sabes, todavía estoy tenso por no sentirte a mi lado luego de haber pasado toda la noche contigo.

Sunghoon comprendía la ansiedad que atormentaba a su alfa al sentirle lejos. Después de todo eran destinados que acababan de pasar un celo juntos; nunca sería suficiente.

—Tranquilo, regresaré para ti y me aseguraré de traer conmigo tantas cosas nuevas para manchita que olvidarás todas tus preocupaciones.— prometió, su voz ligerita un tanto soñadora.

La luz del semáforo cambió a verde y fue entonces que su alfa preguntó luego un corto momento de silencio.

—¿Qué piensas que sea?

Él volvió a tomar el volante, acomodando su celular con el hombro. —¿El qué?

—Manchita, ¿que crees que será?

La pregunta le tomó desprevenido. Si era sincero, él no lo había pensado antes, pero no le costó mucho admitir desde lo más profundo de su pecho. —Sería agradable verte cuidando de una princesita.

Jake rio por la línea y una vez más el lazo vibró jubiloso.

—Oh, no, estaría tan exhausto de cuidar de ella si se llegase a parecer a su madre.— admitió en un suspiro cansado.

Una risa tonta salió de sus labios, las primeras gotas de lluvia débil habían comenzado a caer en el parabrisas. —Tonto.— refunfuñó con el rostro colorado pero con un calorcito gradable en su vientre, estacionando el auto a unos pocos metros de la entrada de la tienda en donde ya podía ver a sus acompañantes aguardando por él. —Estoy aquí, puedo ver a Jungwon y a Sunoo afuera.

Jake suspiró tranquilamente. —Entonces diviértete, cariño. Te amo, trae a nuestra niña con bien.— deseó con un tono coqueto y él solo pudo negar.

—Lo haré, también te amo, te veré luego

[...]

—Vamos, Won, ¿en serio planeas no decirme quien es tu alfa?

Aquella pregunta se volvió a repetir por sabrá-alguien-qué-vez mientras afuera caía un diluvio. Jungwon dejó de ver aquel bonito enterizo de abejita para el bebé para ponerlo sobre el carrito y ver a Sunoo con una sonrisa amable y ojos de cuchillas.

—No considero que sea tan importante.—admitió y Sunoo le vio indignado.

A todo esto, el corazón del próximo padre se derritió en ternura cuando vio con una sonrisa aquel pequeño conjunto de abejita que el omega había traído. La tela era suave y traía un pequeño gorrito con tela que simulaban antenas. Aquello lo compraría en todas las tallas existentes.