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La lluvia no había cesado y las horas solo se habían hecho más pesadas de sobrellevar conforme la madrugada avanzaba.

Sunoo se había ido hace pocos minutos acompañado de varios guardaespaldas de Park. Mientras tanto Jake había regresado a casa para traer sus pertenencias y las de Sunghoon puesto a que su estadía en el hospital se alargaría hasta que diesen de alta al omega.

Él se removió en su asiento, inconscientemente había comenzado a apretar los dientes y su espalda comenzaba a doler debido a la tensión. Park le había dicho que podía irse hace mucho tiempo, pero él simplemente no estaba muy convecido de aquellas palabras. Conocía lo suficientemente a Park como para conocer el exceso de confianza con el que se manejaba, y en ese momento como era lógico no lo percibió de esa manera. Una extraña preocupación se sembró en su pecho y se cosechó sin precedentes; simplemente no podía dejarlo solo como si el asunto no le importase en lo absoluto.

Por eso, cuando Jay regresó de hablar con Jake antes de que este tuviese permitido ingresar a la sala donde su omega estaba siendo atendido, él no pudo hacer la vista gorda a esa estafa de sonrisa tranquilizadora que le dedicó el alfa.

—Somos libres de ir a casa, cachorro.— fue lo que murmuró y él asintió, siguiendo el paso tranquilo del alfa, respetando su silencio.

Al salir, la lluvia los recibió junto con varios hombres de traje que por su jefe aguardaban con paraguas que usaron para transportarlos. Ellos rápidamente fueron ingresados a un lujoso auto negro, esta vez conducido por la mujer de cabellos rosas a la que había visto en más de una ocasión en la casa del alfa.

Park optó por acompañarle en el asiento trasero, cerrando la ventanilla de seguridad que separaba al asiento de copiloto y conductor con el trasero. Y cuando el auto se puso en marcha fue el alfa quien rompió el silencio.

—Había alguien extraño en la tienda, esa persona parecía trabajar en el lugar, pero solo era un colado.— le hizo saber, viendo con cuidado al omega apretar sus puños en ambas de sus rodillas.

—¿Acaso el tipo de la mascarilla?— preguntó con un sabor agrio en el fondo de la garganta. Sí, lo había notado, pero en aquel momento no pareció importante como para alertarse.

Jay sonrió, pero aquel gesto no llegó a sus ojos ni por cerca. —Entonces lo viste.

Él dio un trago pesado y fue sincero. —Lo hice, pero no le presté la suficiente atención. No creí.. no pensé que esto ocurriría, simplemente no pasó por mi cabeza.

Park frotó su sien, comprendiendo al omega que lucía tan perdido y abrumado que le hizo sentir culpable. Jungwon no entendería la cantidad de gente mala que sus auras atraían. —Es de esperarse, las ratas suelen salir cuando no hay luz del día.— razonó.

Fumar en el auto era un muy mal hábito que le tomó años en quitar, pero en un momento como ese no pudo pelear contra ello y abrió la ventana para encender el primer cigarrillo.

Apretó sus manos juntas, intentando calmar el indiscutible temblor. Si hubiesen querido acabar con la vida de su hermano lo hubiesen hecho, pero algo los detuvo. Parecía ser que tal altercado fue destinado a ser desde el inicio una advertencia.

—Lo siento.

Él dio una fuerte calada al escuchar la débil voz del omega y exhaló lento fuera de la ventana. Vio de reojo a Jungwon, él mantenía la mirada gacha mientras limpiaba cualquier evidencia de rastro en sus mejillas, su rodilla temblaba tanto que le terminó por recordar que él no era el único ansioso en ese momento.

—No hay nada que sentir, cachorro, les darán cacería cuando menos lo esperes.— admitió con infinita tranquilidad.

Jungwon mordió el interior de su mejilla, cuestionando bajito casi con esperanza:—¿Lograrán atraparlos?

STUCK [JAYWON/JAKEHOON] [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora