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El sonido sordo de un disparo retumbó entre las paredes frías de aquella habitación húmeda y oscura. Aquel sujeto había sido el último de la noche.

Su cuerpo se sentía pesado, su ropa apestaba a sudor y sangre. Llevó el cigarro a su boca y dio una calada con los ojos cerrados, llenándose con el humo para luego dejarlo ir despacio, tratando de calmarse de alguna forma. Tener a Seonghwa maltratado frente a él era relajante, pero no lo suficiente como para olvidar el hecho de que no podría matarlo sin llevarse unos cuantos pecados antes.

La ansiedad por poner sus manos sobre ese malparido rasguñaba su garganta, la apresaba y retorcía, le aplastaba el pecho y le encendía las venas. Pero se había acostumbrado a guardar todo aquel deseo de muerte hacia el hombre por el bien del clan.

—¿Fue el último? ¿Es mi turno?— la molesta voz del hombre retumbó en sus tímpanos.

Una risa sin ganas se escapó de sus labios. —No creí que tus ganas de desaparecer fuesen tantas como para esperar ansiosamente por ello.

Seonghwa negó, su rostro estaba destruido y la sangre que había inundado su zapato se había oxidado, pero lucía calmado mientras hablaba. —Por supuesto, me encantaría que tuvieses el valor para hacerlo. Pero supongo que te veré matar a unos cientos mas antes de que te decidas por hacerlo.

Él mayor no pudo evitar notar que en aquel rostro serio y tenso de su sobrino se escondía un brillo enfurecido, capaz de quemarle el alma si así lo desease. Lo reconocía mas que bien, después de todo era la viva copia de Seojun.

Vio por el rabillo del ojo a uno de los hombres al que le había cortado la garganta retorcerse débilmente en su sangre y sin mediar palabra le disparó en la cabeza las suficientes veces como para que su rostro no fuese reconocible. Una sonrisa saciada llegó a su boca cuando vio el último espasmo del cuerpo demacrado.

—Luna, Jongseong, te comportas como un verdadero psicópata solo porque quería conocer a tu nuevo juguete.

Él simplemente volvió a calar de su cigarrillo para mantenerse en la Tierra. —¿Partiéndole la nariz y tratando de asfixiarlo? Vaya forma de conocer a alguien, no esperaba menos de ti.

Seonghwa gruñó. —Detesto a la gente débil y, para mi mala suerte, sueles tener cierto gusto por las perras fáciles.

El comentario ni siquiera le pareció fuera de lugar, no cuando se trataba de Seonghwa. —Entiendo, tú y tu cabeza cerrada haciendo de las suyas de nuevo. ¿Y qué piensas de ello? ¿Suficientemente fácil para ti o te dio trabajo?

Su rostro mostró disgusto ante el tono divertido en las palabras del heredero, así que resopló: —Debo decir que quedé satisfecho. Tus anteriores mascotas eran mas sumisas, caras bonitas que no hacían nada mas que esperar por ser polonizadas. No puedo decir lo mismo de esta cara bonita, tu pequeña perra mostró sus garras tan pronto puse una mano sobre su nuca.

—Haz cosas estúpidas y obtén resultados estúpidos. ¿Qué pensaste que obtendrías a cambio? ¿Un beso de agradecimiento?

—Tal vez me volví muy confiado al leer tus movidas.— admitió a regañadientes. —Creí que tendría un mejor trato de su parte, pero parece ser que a ese omega le hace falta entrenamiento.— decretó, algo cambiando en su rostro cuando detectó algo de inmediato. —Pero me sorprendió que estuvieses al tanto, nunca te importó demasiado cuando iba y aplastaba a las sabandijas que tenías por amantes.

Los ojos calmados del líder rápidamente tomaron una oscuridad que enfrió sus huesos, como si fuese el cazador y él su presa.

—Él es mío. No quiero tus manos o las de cualquiera sobre él.

STUCK [JAYWON/JAKEHOON] [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora