08

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El silencio reinó en la habitación.

—¿Q-qué?— fue lo único que salió de la boca del alfa mientras soltaba al omega para verificar la prueba.

—L-lo que escuchas, seremos padres, Jakey.— tartamudeó el omega al no poder descifrar con certeza la reacción del mayor.

Jake observó con detenimiento la prueba bajo la inquisitora mirada de su compañero. Estaba en total shock. Luna, entonces sus especulaciones habían sido correctas. Aquello no había sido un error.

De pronto cayó en cuenta de lo que pasaba. Serían padres; tendrían un cachorro.

Una fuerte emoción burbujeó en su pecho, arrollándolo, sus ojos comenzaron a lagrimear y su nariz a picar. Se sentía extasiado, el pecho vibrando en un ronroneo por el pensamiento de haber creado un pequeñito ser en su omega, el popurrí de emociones cosquilleando de tal manera que para ese momento no sabía si les pertenecían totalmente o eran sus emociones mezcladas con las de su compañero.

Apartó la vista del objeto entre sus manos para ver a su chico frente a él quien lo observaba atentamente, pendiente a su reacción. Tenía rastros de lágrimas en sus mejillas y la nariz roja, a pesar de eso, Jake le miró con los ojos aguados como la cosita más linda del mundo.

Sunghoon se alarmó al ver una lágrima traicionera rodar por la mejilla del mayor. Rápidamente acunó entre sus manos el rostro del alfa para consolarle.

Más lo único que sintió fueron los fuertes brazos del alfa levantarlo para después envolverlo en un abrazo que demostraba cuánto lo amaba, hundiendo su rostro en la curvatura del cuello del contrario mientras olía ese olor a cerezas que le había cautivado desde el inicio.

Sunghoon se asustó mientras ahogaba un gritito, agarrándose fuertemente de la espalda del mayor, envolviendo sus piernas alrededor del contrario. El omega frunció el ceño luego del susto, dispuesto a replicarle a su descuidado compañero por sacarle tremendo susto, más las palabras que le dijo el mayor hizo que se tragara sus reproches.

—Oh, cariño, ¿qué haré ahora? ¿Amarte el doble?— murmuró Jake en el oído del menor, tratando de no romper en llanto. Con tanto cuidado, susurró derrotado: —Aunque realmente no importa, derrocharé mi amor en ambos, Luna mía.— admitió en un chasquido, besándole las mejillas.

—¿No estás enfadado?— preguntó temeroso y con el corazón débil. ¿Su alfa estaba feliz con la noticia? ¿Con su cachorrito?

Jake frunció el ceño ante la pregunta teñida de inseguridad. Él se separó un poco para verlo de frente, acunando su mano en la mejilla del menor.

—¿Por qué lo estaría? Cariño, podría amarte más que a mi propia vida. Te elegí como mí compañero porque sabía que eras tú mí elegido, mí destino, ¿recuerdas?— le miró a los ojos y Sunghoon en un amago de no ponerse a llorar bajó la cabeza. Él le besó la coronilla con amor. —No te preocupes, mí amor— estableció, levantándole del mentón con gentileza. Entonces dejó un beso suave en sus labios, —estamos juntos en esto, los cuidaré a ambos como mi más grande tesoro.— estableció con una sonrisa pequeña, pero reconfortante. Sunghoon sollozó, quebrándose finalmente.

Quería hacerle saber al alfa lo mucho que lo amaba pero su sensibilidad no le permitió hablar, soltando hipidos mientras tapaba su rostro lleno de lágrimas.

Jake, al sentir la tristeza e inseguridad de su compañero, acercó su rostro y repartió suaves besos por todo el rostro del pelinegro. —Esperaré a nuestro cachorro con ansias, y les daré mi amor hasta el fin del mundo.— prometió con la lealtad manchando cada palabra.

El omega asintió, limpiando inútilmente las lágrimas de su rostro. Su lobito movió su colita con alegría. Era un día de gloria para la Luna; sus hijos traerían al mundo un producto de la fiel muestra de su amor.

STUCK [JAYWON/JAKEHOON] [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora