CAP. 4

194 41 1
                                    

De verdad no sé por qué la luna se porta así conmigo, me trata bien, me lleva a pasear, me presta su ropa, me trae comida, y hasta me invitó a una fiesta se hará hoy en la noche, el pueblo debe saber que la reina está embarazada.

Todos los lobos de manadas vecinas vendrán, la luna me compro un vestido, y lo estoy pensando mil veces.

La verdad me siento bien, pero también me siento engañada.

El vestido es color avellana tiene mangas largas, tres dedos más arriba de mi rodilla, por suerte cubre la mayoría de mis moretones que aún no desaparecen, y muestra mi cintura de guitarra, estoy un poco flaca pero el vestido me queda la perfección.

Vuelvo a fijar la vista en el vestido, solo faltan dos horas para que la fiesta comience.

Dos toques en la puerta hace que reaccione, por el olor la luna está detrás de la puerta.

_Nena vine a buscarte para el maquillaje_.

Ella abrió la puerta y una sonrisa se asomo por sus labios.

_Estaba mirando el vestido, no sé si es buena idea ir a una fiesta en la que nisiquiera encajo_.

La luna sonríe y me mira_¿Te cuento un secreto?_ asiento_La verdad es que no estoy embarazada, esa fiesta es para ver si mi querido esposo encuentra a su verdadera luna_.

Me quedo sorprendida por sus palabras, no está embarazada.

_¿Entonces cuando las personas se den cuenta de que no está embarazada como lo hará?¿Y como se sentirá si el alfa encuentra su luna donde irá usted?_ pregunto con nervios, si me trata bien también tengo que hacerlo.

Ella se acercó y se sentó en la cama al lado de vestido.

_Pues simplemente lo perdí, aunque ya tengo todo arreglado es difícil engañar a un lobo, ellos pueden sentir la presencia del bebé, si el encuentra su luna estaría muy feliz por el ya lo hemos hablado, y supongo que también encontraré a mi compañero de vida supongo_.

_Entiendo_ susurro y vuelvo a mirar el vestido.

_¿Quién sabe? Puede que también encuentres a tu macho_

Sonrió y le seguí el juego, caminamos por los pasillos hasta su habitación, allí habían cientos de maquillaje en todo tipo y color.

La luna me prestó una toalla, me duche y lave mi cabello.

La misma luna me ayudó a vestirme, me maquilló y me hizo las uñas de las manos y los pies.

Y por el último el peinado, me hizo una coleta alta con varios flequillos afuera, los moretones que se veían en mis pies se cubrieron con base.

A la luna la ayudó una chica le hizo el mismo proceso que a mí.

Y por fin la hora de la fiesta, los alagos del alfa hacia mí me hicieron sonrojar y me hicieron sentir extraña y desconfiada.

Estábamos en el salón, las luces iluminaban todo, las escaleras tenían rosas, todo estaba bien decorado y hermoso.

Todos los invitados pasaron la puerta de entrada.

Un olor que conocía muy bien llegó a mis fosas nasales, y entonces mi vista callo en aquel hombre apuesto con traje de gala, tenía los ojos verdes, cabello negro con mechones rubios, y cuerpo para envidiar.

_Es el, Chelsea es el, nuestro mate_.

_Imposible_.

Narra: Robinson, nuestro cuerpo de Dios griego.

Loba AncestralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora