Lo prohibido es más que tentador
Hartley
Luego de las breves "vacaciones" y del giro inesperado para unos pero obvio para mí, decidí que dado que hace un par de días que Derian había vuelto luego de buscarme por su cuenta y al no poder hacer nada volvió, la acción más inesperada era que me presentará como si nada en su departamento.
Y yo era una profesional es situaciones inesperadas para pobres mentes cerradas, así que me asegure de que mi gabán estuviera bien ajustado y entre en el alto y lujoso condominio del zanahoria.
Siempre que se hace un plan esta de más, saber que nunca ni para los mejores estrategas como la presente, va a salir como se planeó y por ello hay que ir tomando las oportunidades que se abren y voltearlas a nuestro favor.
Para estos momentos Derian ya debe estar al tanto de mi pasado gracias a su hermano menor y que su evidente estado de vulnerabilidad ante mi regreso no se recato en detalles sobre mi estancia en el psiquiatríco o talvez no.
Pero con ese chico nunca se sabe, así que lo mejor es comenzar a juntar los cabos sueltos, ya que se está acercando el fin del caso y con ello mi plan con los Sage.
Apreté el número de apartamento de Derian, arreglando mi vestuario ligeramente porque el plan no había más que repasarlo.
En pocos minutos las puertas se abrieron ante mis narices y caminé con paso coqueto a la puerta lisa y fina de madera negruzca, dando un ligero golpe a la superficie.
Escuche un murmullo del interior, de los inolvidables modales de Derian de proferir maldiciones a diestra y siniestra, cuando lo interrumpían.
En cuanto abrió la puerta su mueca de disgusto, fue completamente remplazada por una de sorpresa, la cual trato de desaparecer lo antes posible, sin éxito de que yo la hubiera percibido.
- ¿Puedo pasar?-
Él se apartó de la puerta en respuesta, dándome un amplio acceso para ingresar a su amplio departamento con una vista a la ciudad, ojee rápidamente los alrededores, sabiendo que lo había interrumpido nuevamente en su acción de servirse un trago.
- ¿Ha que debo el placer de tu presencia?- emboce una sonrisa de boca cerrada ante la pizca de su tono irónico.
- Solo quería recordarte que mañana tenemos audiencia privada con el juez- caminé despreocupada por el apartamento.
-¿Por qué irrumpes en mi departamento siempre que voy a servirme un trago?- su sonrisa torcida apareció en su siniestro rostro estudiando cada centímetro de mis expresiones.
- Talvez para que no gastes en fuerzas en volver a dirigirte a la barra a servirle uno a tu abogada-
- Bien y tal parece que ya solucionaste la emergencia heroica que tenías por salvar a la humanidad-
Comprendí su broma pero aún así fruncí el ceño esperando que se explicará mientras él me ofrecía un trago que recibí jugando con el borde de este.
- La última vez que nos vimos desapareciste abruptamente, lo que me lleva a conjetar que eres una especie de superheroína que ayuda a las personas en peligro- sonrió ampliamente mientras se sentaba en su acolchados sillón de cuero.
- No creo que lo que hago se considere como heroico-
Por mi parte me mantenía de pie fingiendo que su idea me había producido algo de gracias, mirando mi trago con sigilo.
- No contiene nada ilícito más que alcohol fino- aclaró pensando que desconfiaba de su trago.
- No no es eso - negué haciéndome la distraída, caminando lentamente por su departamento.
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Lo que oculta tu piel
Mystery / ThrillerAmbos eran más que iguales, pero un tanto distintos. Ella mejor y a la vez más cruel que él Él era todo lo que detestaba de ella y de lo prometio no entrometerse ya que era parte de su pasado. Pero el jodido destino dio su jugada maestra. Viniendo...