Sin rastro
Derian:
Una semana.
Una jodida semana entera buscando algún rastro que conectará su estadía en Wanderley y no había nada en todo los registros, busque en casi todos los estudiantes para ver si se asemejaba a uno y nada, hasta busque en los varones por si se había hecho una cirugía de sexo y ni ahí había rastro.
Así que la pregunta era, ¿Cómo ella pudo saber que yo era el Rey de esa Universidad?
Si tuvo una amistad la cual pude haberme follado y que seguramente deseché sin recordar siquiera la letra inicial de su nombre, pudo haberle contado pestes de mi, (en su mayoría deben ser ciertas) y podría tener un poco de sentido.
Pero aún así recuerdo su mirada fría de plomo y saber que no era un solo rumor lo que ella sabía ella lo sabia con certeza pero como pudo darse cuenta sin siquiera estar ahí.
Esa chica era un misterio con piernas largas, bueno ni tanto, aún soy más alto que ella y por mucho.
Pero eso no quita el hecho de que además que sea un misterio no le quita lo terca y cabeza dura, de entrar en mi plan ya que luego de haber sembrado los rumores de un acoston en su despacho no pareció afectarle lo suficiente como para llamarme reclamando.
Lo que asumí al principio que en realidad quería que supieran que había sido una de las afortunadas de estar conmigo, pero sabía que no era de ese tipo, no se sacaba provecho de algo no real, así que seguí echando leña al fuego para ubicar su límite de paciencia, así que comencé a enviar detalles de flores, chocolates y demás cursilerías para incomodarla.
Pero tampoco funcionó, dándome cuenta que o su paciencia no tenía límites o yo no le importaba una mierda.
Y la última teoría no me agradaba, había pasado mucho desde que había pasado una situación similar y me había dicho que nunca volvería si quiera a pasar porque quedé literalmente jodido, pero pude recupérame haciendo ese juramento.
Estaba más que seguro que con esta abogada no pasaría lo mismo, lo del pasado había sido un error por ser atracción inmediata de opuestos que luego pareció pasar algo más pero solo era una ilusión.
Esto solo era interés por descubrir los trapos sucios del fantasma que Hartley Kerr había formado, pero aunque tuviera que rebajarme por el momento a su juego de sumisión lograría mi cometido lo antes posible.
Firme un par de documentos al azar mientras planeaba todo esto, cuando las puertas de mi despacho se abrieron, mostrando a un despeinado pero bien vestido y muy malhumorado Dean entró sin permiso y mire con fastidio su rabieta manteniéndome sentado con desinterés en mi gran silla negra.
- Ahora que te crees- escupió a manera de saludo mientras su respiración acelerada hacia que su pecho subiera y bajara con rapidez- ¡Crees que puedes estar ajeno a todo lo que pase a lo que queda de nuestra familia por este negocio de demandas!- bufo y me mantuve indiferente a sus reproches.
Si comenzábamos una contienda verbal que con el tiempo entraría en calor, sabría que pronto terminaríamos a golpes por una simple indecisión de hacer responsable a Draven de una puta vez, e internarlo de nuevo en un psiquiátrico.
Pero no yo parecía ser el único razonable de mi familia que vea las cosas con claridad y sabía que Draven ya no tenia el control la mayoría del tiempo de sí mismo, había heredado la locura de nuestra madre.
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Lo que oculta tu piel
Gizem / GerilimAmbos eran más que iguales, pero un tanto distintos. Ella mejor y a la vez más cruel que él Él era todo lo que detestaba de ella y de lo prometio no entrometerse ya que era parte de su pasado. Pero el jodido destino dio su jugada maestra. Viniendo...