Capítulo 8

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Dante Cassano.


Desperté antes de que la alarma sonará y miré alrededor de mi habitación, estaba acostado a los pies de la cama, levanté un poco la cabeza para mirar a la cabecera y ahí la vi; se veía tan linda dormida, sus cabellos castaños caían por sus hombros y cara, desvié la mirada y agarré mi celular para mirar la hora, eran las 4:30 de la mañana, nunca me había levantado tan temprano.

Me levanté despacio tratando de no hacer ningún movimiento brusco y despertarla, agarré la toalla y para meterme al baño. No entiendo porque lo hice, pero ahora debería de llevar a April a su casa por su uniforme, con toda la pereza que traía me arrastré hasta la ducha.


...


Agarré mi uniforme y empecé a vestirme, metí unas cuantas cosas en mi bolso; un aerosol, un pincel, la caja de cigarrillos y agarré mi loción favorita para echarme un poco.

Con el saco en mano me acerqué al lado dónde se encontraba April durmiendo y la moví con brusquedad.

—Levántate de una vez o me volveré acostar y no te llevaré a tu casa —sacudí su hombro—

—¡Ya voy! —un pequeño grito salió de sus labios rosados—

Me quede parado en la cabecera de la cama mientras veía como esta se acomodaba el cabello con sus dedos y una sonrisa salió de mis labios, es torpe muchas veces.

—Sal de la habitación —mencionó mientras empuñaba su blusa— voy a vestirme.

Me levanté para dirigirme a la puerta, agarré la manija y le di la vuelta, cuando la puerta se abrió la cerré simulando que había salido.

—¿Por qué aún sigues aquí? —su pregunta me tomó por sorpresa—

—¿Cómo lo sabes? —interrogué—

—Tu perfume.

Solté la presión que tenía en mis hombros y los deje caer liberándome de esta... Maldito perfume, esta vez volví a tomar la manija y abrí la puerta para salir y cerrarla tras de mí.

Esperando que esta se vistiera me recosté en la pared y a lo lejos vi a Luca acercarse a mi habitación, cuando me vio parado fuera de esta se paró frente a mí y me miro serio.

—Papá quiere verte, está en la sala esperándote —mencionó con una seriedad que un escalofrío recorrió mi cuerpo, siempre que me encuentro con mi padre y cruzamos palabras las conversaciones no terminan bien—

Me incorporé y baje las escaleras con algo de nervios, al estar en la primera planta vi a mi padre sentado en la sala, con pasos firmes y decidido me acerque y me paré a un lado de él.

—¿Para qué me necesitas? —interrogué con seriedad mientras este tomaba una taza de café—

—Habla con más respeto, estás dirigiéndole la palabra a tu padre, no a uno de tus amigos —mencionó con un tono fuerte—

—Tengo que ir al colegio, si no te afanas llegaré tarde.

—Son las 5:10, ¿irás tan temprano al colegio? —solo guarde silencio— ¿por qué no has ido a los viñedos?

Sabía a donde iba con esa pregunta, tal vez mi padre no se detendría hasta que aceptara unirme a sus negocios.

—Te dije que no quiero ser parte de tus negocios, estoy bien así.

—No te pregunté si quieres, te dije que era tu obligación hacerlo, Luca lo hizo. Él está cumpliendo con su deber como miembro de esta familia —mordí mi labio—

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