Capítulo 13

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April Winkler.

Viernes 6:59 p.m.


Con ayuda de las empleadas me encontraba acomodando mi ropa, estaba emocionada; quería brincar y sonreír a causa de ello.

—Te ves hermosa —la voz de mi madre apareció atrás de mí—

Me giré sobre mis talones con temor, tal vez mi mamá se retractaría a la idea de dejarme ir.

—Ya está abajo esperando por ti —su tono sosegado me tenía algo inquieta— ya he hablado con él, y me parece muy bien que te diviertas.

Una sonrisa apareció en mis labios, hace mucho que no salía a divertirme. Y ahora que estaba a punto de hacerlo mi madre estaba apoyándome, no podía estar más feliz.

Cuando la chica del servicio terminó de alistarme me abalancé a los brazos de mi madre y está me recibió en ellos con una gran risa acogedora.

—Si ya estás lista ve y diviértete, no le hagas esperar mucho.

Me separé un poco de sus brazos y con una gran sonrisa me alejé de ella, iba a tomar el bastón, pero una mano tomo la mía antes de posar mi mano en él.

—Hoy no lo necesitaras —acogió mi mano en la suya y me guio fuera de la habitación mientras sostenía mi mano entre la suya—

Al bajar las escaleras pude presenciar el olor de un perfume diferente, estaba tratando de memorizarlo para poder reconocerlo en cualquier lugar, una vez que mi madre se detuvo sonreí al creer que ya estaba frente a Dante.

—Te encargaré a mi más preciado tesoro —articulo—

—Se la traeré sana y salva doña Isabella —la voz de Dante apareció siendo música para mis oídos—

Mi madre soltó mi mano y me abrazo, parecía una despedida. Que drama estaba haciendo.

Al separarme de ella me acerqué a Dante y este tomó mi mano, antes de dar unos cuantos pasos me giré en dirección a mi madre y me despedí.

Caminamos por el largo pasillo que había en mi casa para luego salir y al hacerlo oí una puerta abriéndose.

—¿No iremos en tu moto? —cuestioné—

—¿Te parece apropiado andar en una moto cuando estas bebiendo? —negué—

—¿Hoy tomaríamos? — cuestioné en mis adentros.

—Bueno, entonces sube —no dije nada, solo asentí y con su ayuda entre al auto y luego este entro y se sentó al lado mío— Marek llévanos House of weekend.

El auto arrancó, deslicé mis manos sobre la ventana y fui tocando con cuidado hasta que sentí un botón, supongo que ese sería el de bajar el vidrio de la ventana. Con cuidado lo presioné y el viento frio empezó a entrar de a poco hasta que entro en gran cantidad cubriendo mi rostro con una suave brisa fría.

—La noche debe de ser hermosa —mencioné en voz baja—

—Lo está —mencionó— tal parecía que si me había escuchado— las luces hacen que la ciudad se vea hermosa.

Giré mi cabeza en la dirección de su voz y le regalé una cálida sonrisa.

—Gracias por compartir lo que puedes ver conmigo.

—No lo agradezcas, me gusta contarte lo que puedo ver —agarró mi mano entre la suya y la apretó suave, sus manos eran cálidas y suaves—


...


Luego varios minutos de viaje el auto frenó, al hacerlo pude escuchar algo de música, estaba algo fuerte y las voces de las personas se escuchaban. Luego de un corto tiempo sentí la mano de Dante sobre la mía de nuevo.

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